martes, 31 de octubre de 2017

Picasso/Lautrec a la luz de la aguardiente

 La  'Troupe de Mlle Églantine' de Toulouse-Lautrec; un lustro más
tarde Picasso pintó  'Jardin Paris' (Museo Thyssen / Archivo)
Picasso es un pintor admirado, pero no amado. En cierto modo es un genio diabólico, creador de formas, que se sirvió de la inspiración de otros artistas para escalar la cima del arte hasta conseguir su destrucción. "Esconded a vuestras mujeres" avisaba algún amigo ante la llegada del seductor Petronio a una fiesta romana. Lo mismo decían de Picasso sus colegas cuando los visitaba en su estudio. Matisse, Braque y Juan Gris solían esconder sus trabajos porque sabían que se podía apropiar de sus secretos. Ved aquí a Juan Gris en el Bateau-Lavoir de Montmartre, alimentado con sopa de huesos de aceitunas, tomándose con una seriedad y rigor absolutos su trabajo. A Picasso le bastaba con mirar de soslayo por encima del hombro el cuadro que estaba realizando su amigo con el cartabón para absorber como un mago su contenido y convertirlo luego en una obra propia llena de libertad, humor y descarada soltura sin esfuerzo alguno. Pablo Picasso ya conocía la pintura de Toulouse-Lautrec cuando en 1904, a los 23 años, se instaló en París, ataviado de joven bohemio con pipa y chambergo. Picasso en Barcelona había sido asiduo de la taberna Els Quatre Gats, donde Ramón Casas e Isidro Nonell le habían hablado y ponderado el trabajo de ese aristócrata de aspecto deforme, nacido en Albi, en 1864, de cabeza grande, con apenas metro y medio de estatura debido a las piernas atrofiadas por dos caídas del caballo cuya figura  se había convertido en un icono de aquel mundo de cafés cantantes, cabarets, prostíbulos, salas de baile, circos y teatros de Montmartre. Lautrec seguía el consejo escatalógico de Ingres: "Dibuja un buen perfil y cágate dentro". Bajo la luz pegajosa  que exhalaba el vapor de aguardiente en los tugurios, Lautrec había tomado imágenes en directo con el pulso nervioso de aquellas criaturas a quienes la historia, como a él mismo en su pervertida perversión,  había arrojado al estercolero social... Pablo Picasso, desde Montmartre, se abatió sobre esa estética  y entró a saco en la misma galería de personajes  cuando Lautrec ya había muerto, a los 37 años... Si uno visita la exposición en el Thyssen donde se muestran los cuadros de la época azul de Picasso superpuestos a la obra de Lautrec, cabe preguntarse cuál de estos dos formidables artistas es el verdadero creador, a quien pertenecen en propiedad intelectual estas criaturas desesperadas, en que cuadros hay más técnica, más verdad más compasión. Es una cuestión difícil de dilucidar...
Manuel Vicent. El País, sábado 28 de octubre de 2017  

lunes, 30 de octubre de 2017

Nuestra vida en la Borgoña

Fotograma de Nuestra vida en la Borgoña
El director de Auberge espagnole/Una casa de locos, retrata en una comedia romántica cómo es la vendimia en la Borgogna. La relación que une a Cédric Klapisch (Neuilly-sur-Seine, 1961) con el vino de Borgoña viene desde que su padre le animó a apreciar las joyas que salen de aquellas bodegas. "Aunque yo vivo en París y no soy viticultor", señala Klapisch, "me siento identificado de muchas maneras con la historia que cuento en Nuestra vida en la Borgoña. Sobre todo con la relación entre un padre y su hijo". El film arranca con la llegada de Jean (Pio Marmaï) a su casa en la Borgoña diez años después de que se marchase a conocer mundo. Su reencuentro con sus hermanos Juliette (Ana Girardot) y Jérémie (François Civil), así como la gestión de la bodega familiar tras la muerte de su padre le llevará a enfrentarse a una situación que ha esquivado durante mucho tiempo. Y que debido a las deudas, obliga a los tres hermanos a decidir si vender o no unas tierras que producen una excelente uva desde hace años. Sobre las similitudes que se pueden encontrar entre rodar una película y el proceso de elaboración de un vino que retrata Klapisch en esta producción casi de manera documental, el realizador de Como en las mejores familias y Una casa de locos habla así: "al principio no me dí cuenta. Pero una vez hecho el largometraje, ví claro que ambos mundos se parecen: necesitan paciencia y el objetivo es dar placer a la gente. Cuando llevas vino a casa de alguien quieres compartir algo de la misma manera que un espectador acude a una sala para ver el trabajo que tú has hecho y que te ha llevado tanto tiempo". El "tiempo" al que se refiere este cineasta se prolongó en este caso durante un año, en el que se reflejó como se trabaja un viñedo: "Quería mostrar como los ciclos de la naturaleza se entremezclan con la evolución de unos personajes que al final han cambiado por completo"..."Ojalá esta cinta ayude a transmitir la idea de que el vino es solo una cosa, sino muchas: un misterio casi religiose, un producto que cuenta con varios dioses que lo vigilan según distintas culturas y, así hasta el infinito".
Javier Estrada. El Mundo, viernes 27 de octubre de 2017 

domingo, 29 de octubre de 2017

Francia, la batalla intelectual que no cesa

Emmanuel Macron, el más intelectual de los presidentes recientes en Francia, mantiene una relación complicada con los intelectuales, una institución tan francesa como la torre Eiffel o el queso Camembert. Como mínimo, con los más conocidos y mediáticos. No le "interesan de- masiado". "Viven encerrados en viejos esquemas. Miran al mundo de ayer con los ojos de ayer. Hacen ruido con viejos instrumentos. Una gran parte de ellos hace años que no produce nada asombroso". Macron se lo cuenta a su amigo Philippe Besson en Un personnage de roman/Un personaje de novela, una crónica de la campaña electoral que en mayo le llevó a la victoria. Se refiere a intelectuales como los mediáticos Michel Onfray y Alain Finkielkraut, el sesentayochista veterano, reciclado en mediólogo y estudioso de las religiones Régis Debray o el viejo maoísta Alain Badiou. Todos tienen en común haber dedicado palabras poco amables al joven presidente. Coinciden en pertenecer a otra generación, la de los padres o los abuelos , en algunos casos. Y lo que es más significativo, pese a las enormes diferencias entre ellos, se adscriben en la tradición del intelectual que pontifica sobre lo divino y humano, una generación de pensadores generalmente maestros a la hora de elaborar teorías brillantes, enamorados de las volutas verbales y mentales y poco proclives a trabar con datos y con la realidad empírica. Este grupo y el de aquellos que, muy presentes en los medios franceses y en la industria editorial, hace unos años bautizó el ensayista Daniel Lindenberg  como "los nuevos reaccionarios"contrastan con otra cuadra: la que podríamos llamar los intelectuales de Macron. No son forzosamente seguidores del presidente. Algunos son muy críticos con él. Y es difícil encontrar entre ellos nombres conocidos por el gran público, o traducidos a otras lenguas. 
La llegada al Elíseo de un presidente con una sólida formación filosófica puede reavivar la discusión en Francia, donde la batalla política es una lucha de las ideas -desde la Revolución Francesa al affaire Dreyfus, de la Guerra Fría  y las arengas callejeras de Jean-Paul Sartre a los debates sobre la inmigración y el islam-.Coincide además, con la presencia de Francia como país invitado a la Feria del Libro de Fránkfurt, que tuvo lugar del 11 al 15 de octubre, una plataforma para proyectar las letras francesas, que hasta hace unas décadas marcaban las tendencias intelectuales en buena parte del planeta.
Hace unos meses durante un almuerzo en un café cerca de la plaza de la Bastilla, en París, el ensayista Frédéric Martel sacó una cuartilla y trazó una cartografía de la intelectualidad francesa en la era Macron. Martel es el autor, entre otros libros, de Cultura mainistream y Smart, Internet(s). Una investigación (ambos en Taurus), que mezclan el ensayo con el reportaje y la claridad en el estilo con una forma más anglosajona que francesa. Es discípulo del historiador y politólogo Pierre Rosanvallon, uno de los intelectuales más rigurosos e influyentes en Francia hoy. En un extremo de la cuartilla figuraban intelectuales de derechas (y allí estaba el superventas Éric Zémmour, estrella de la extrema derecha pop; o el propio Finkielkraut, otro viejo sesentayochista que ahora teoriza sobre la "identidad desdichada"). En el otro intelectuales de izquierdas, como el citado Onfray -tan prolífico que solo en 2017 ya lleva publicados seis libros, uno de ellos, Décadence/Decadencia de 610 páginas- o el demógrafo Emmanuel Todd, que acaba de publicar Où en sommes-nous? Una esquisse de l'histoire humaine/¿En qué punto estamos? Un esbozo de la historia humana, otra de esas obras densas y sistemáticas -496 páginas- que en Francia se venden por decenas de miles de ejemplares...
Marc Bassets. Babelia. El País, sábado 7-10 17

sábado, 28 de octubre de 2017

De Marsella a Menton

Frescos de Jean Cocteau en la villa Santo Sospir
Una ruta entre olivos y limoneros para ver casas y museos que simbolizan la creatividad artística del siglo XX. El buen vivir se ha practicado de forma elocuente en la Riviera francesa. Las bondades de un clima envidiable y un talante disfrutón, el buen comer y beber, los perfumados olores, los baños de mar o las excursiones por tierra y mar son los valores sobre los que se ha desarrollado una vida tan plácida como apasionada de la que muchos han hecho bandera. Primero el desarrollo del ferrocarril y después la situación de la Costa Azul como zona de refugio durante la Segunda Guerra Mundial atrajeron además a una mezcla de personajes variopintos y a innumerables artistas que construyeron aquí sus residencias, hoy lugares de peregrinación. 1.- Villa Noailles en Hyères. Los mecenas y coleccionistas de arte Marie-Laure y Charles de Noailles fueron los clientes para quienes el arquitecto Robert Mallet-Stevens diseñó este edificio espléndido en 1923. La casa que es uno de los primeros ejemplos de arquitectura del Movimiento Moderno en Francia, es un canto a una estética depurada y racional, exenta de elementos decorativos superfluos y también una exaltación de la vida sana, la higiene y el deporte. Es una casa de 15 habitaciones con baño propio, amplias terrazas, una piscina cubierta, pista de squash y salón de belleza, y en ella la luz del sol entra a raudales. En la decoración intervinieron personajes como Pierre Chareau y Eileen Gray para los muebles o Louis Barillet en las vidrieras. El jardín cubista lo diseñó Gabriel Guévrékian, y en el interior hay obra de artistas como Mondrian, Henri Laurens, Jacques Lipchitz, Constantin Brancusi y Alberto Giacometti. La película de Man Ray Les Mystères du Chateau du Dés se filmó en la villa. Hoy es un centro donde se celebran festivales de arquitectura, moda o diseño. 2.- Villa Santo Sospir Saint-Jean Cap-Ferrat. Siempre que se habla de la Villa Santo Sospir se dice de ella que tiene las paredes tatuadas con dibujos de Jean Cocteau. Y así es, literalmente. De hecho, es esa misma palabra la que Cocteau usó para describir su trabajo. Según parece, en 1949, durante el rodaje de la película Les enfants terribles, basada en su novela homónima, Cocteau conoció a la dueña, Francine Weisweiller que le invitaría al año siguiente a pasar allí unos días. Aburrido le preguntó a la dueña si podía pintar la cabeza de Apolo encima de la chimenea, y a partir de ahí ya no pudo parar, invadiendo toda la casa, que era hasta entonces blanca, con sus frescos. Lo hizo sin dibujos preliminares, subido en escaleras. Y cuando terminó, dos años después, ¿qué hizo? ¡Pues seguir con los techos! 3.- Villa Ephrusi de Rothschild en Saint-Jean Cap-Ferreat. Los que hayan leído el libro de Edmund de Waal, La liebre con los ojos de ámbar, una historia apasionante sobre la familia de banqueros Ephrusi, sentirán especial interés por esta villa conectada con aquella historia. Fue construida entre 1905 y 1912 por el arquitecto Jacques-Marcel Auburtin con Aaron Messiah y en colaboración con la dueña de la casa la baronesa Béatrice de Rothschild, entonces recién divorciada del banquero barón Maurice de Ephrusi. La casa de color rosa, es una construcción ecléctica y a veces disparatada, pero tiene una situación excepcional en el promontorio del istmo de Cap-Ferrat. Los jardines son magníficos, nueve diferentes cada uno  con una temática, japoné,exótico, florentino... Y el interior es un descubrimiento para quienes estén interesados en las artes decorativas, pues tiene colección de muebles y objetos de cristal, plata o porcelana delos mejores ebanistas y artesanos, fundamentalmente  de los siglos XVIII y XIX.....  
Ana Domínguez Siemnes. El Viajero. El País, viernes 20 de octubre de 2017

viernes, 27 de octubre de 2017

Belgian Rules

Danza de Belgian Rules en el Teatro Central de Sevilla
Jan Fabre presenta en Sevilla Belgian Rules, una parábola catártica en torno a su país con 15 intérpretes. Jan Fabre es un artista que se salta las convenciones dramatúrgicas, que rompe con el tiempo y juega con la provocación, la locura y el ritmo. Un escenógrafo que busca la belleza plástica en sus montajes y sacude al público para que sea éste el que complete su pieza artística. El teatro de Jan Fabre (Amberes, 1958) es, cuando menos, un viaje catártico y fascinante. Así es su último espectáculo, Belgian Rules, que se estrena, el jueves 26 de octubre, en el Teatro Central de Sevilla, en dos únicas funciones. Con 15 actores en escena y cuatro horas de duración, es una celebración, un encuentro festivo y al mismo tiempo, un examen crítico sobre Bélgica, un país que, en palabras de su creador, es "absurdo y surrealista".También un canto a la diversidad cultural y una reflexión sobre los nacionalismos y la identidad..."Es una declaración crítica de amor a mi país", explica Fabre sobre esta pieza. "Es un Estado artificial e inestable, pero, al mismo tiempo, es todo menos un estado fallido. Somos multiculturales y plurinacionales; estamos unidos en nuestras diferencias. Quería crear un homenaje que fuese al mismo tiempo una lente de aumento. En el espectáculo mostramos toda la hermosa fealdad y toda la fea belleza de Bélgica", dice el dramaturgo, que resalta la importancia teatral en su país de origen. "La revolución belga nació mientras se representaba la ópera La muda de Portici". No concibe Jan Fabre la vida y el arte sin ironía, sin subversión. Como El Bosco, señala el dramaturgo, hombre instruido y católico que en sus pinturas atacaba al poder y a la Iglesia. "La ironía es exactamente eso: socavar la autoridad y repensar la realidad mediante el humor y el espíritu juguetón. Veo la ironía como un arma afiladísima para analizar subversivamente el mundo que me rodea. En mi trabajo visual y teatral, también en mis escritos, la ironía es una célula nerviosa interna de mi obra, algo que se esconde orgánicamente  en el núcleo de mi trabajo, porque soy un artista condenadamente serio"...
Rocío García. Madrid. El País, jueves 26 de octubre de 2017

jueves, 26 de octubre de 2017

Fabrice Luchini lo ha hecho

Fabrici Luchini en El juez
Imagínense a un actor de nuestro país que escribe un libro apasionado sobre su lengua natal y los autores que han marcado su vida. Luego imagínenlo tratando de publicarlo. Y de venderlo. Cuando acaben de reír escuchen esto: Fabrice Luchini, reciente aún su éxito en el cine con El juez, lo hizo el año pasado con Comédie française: Ça a debuté comme ça, editado por Flammarion. Ganó el premio de La Coupole y lleva vendidos más de 100.000 ejemplares. No habla de la Comédie Française, sino de su comédie. No revela secretos ni chismes. Son unas memorias profundamente teatrales, literarias: peligrosas palabras para nuestro mercado. Se dirá que esto solo puede pasar en Francia, donde adoran a sus cómicos y a su cultura, y tal vez tengan razón. Yo acabo de devorar la edición de bolsillo (en J'ai Lu), baratísima: siete euros. Me la recomendó Ramón Vila, otro excelente actor, maravillado por el libro. La lengua francesa es la verdadera patria de Luchini. Antes he escrito "pasión". Esa es la palabra. Hay que ver de qué modo contagia su amor por la lectura, por La Fontaine, Molière, Rimbaud ou Céline (y por Barthes y por Nietzsche) ese autodidacta que dejó la escuela a los 14 para ser aprendiz de peluquero. En la calle, en Montmartre, aprendió la lengua viva de las bandas, "como un alcohol violento". El primer libro que le deslumbró fue Viaje al fin de la noche, de Céline. Lo leyó a los 17 años. Yo lo leí a la misma edad, en la misma edición de Livre de Poche. Estas cosas unen como juntar dos sangres. En 1985, por encargo de Jean-Loui Barrault y Madeleine Renaud, llevó Viaje a escena. Ha seguido haciéndolo, cada vez con nuevos fragmentos, a lo largo de los 30 años. Más de 2.500 representaciones por toda Francia y Canadá en salas enormes y pequeños teatros de provincias. "Años intentando atrapar su fraseo, sus ritmos. Cuando abrazas el sentido orgánico del texto ya no es un monólogo, es una conversación", cuenta. He anotado algunas de las frases de Luchini que doy aquí en desorden, traducidas a la carrera. "En Céline late la emoción de la lengua hablada fluyendo en la lengua escrita, con palabras engañosamente sencillas, alternando de modo sistemático un detalle real y una canción metafísica. El gran peligro es oralizar su texto. Céline es un gran músico, y el Viaje una sinfonía literaria. Y el cineasta más grande del siglo XX"...Comédie française: Un libro para leer, releer, anotar. ¿Alguien lo editará aquí?
Marcos Ordóñez. El País, jueves 12 de octubre de 2017

miércoles, 25 de octubre de 2017

La Unesco: arruinada y sin dirección

Audrey Azoulay.   Foto AFP
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) está atravesando la peor crisis de su historia. El pasado 12 de octubre, Estados Unidos anunció su retirada de la institución, acusándola de haber tomado una dirección "anti-israelita". Pocas horas después, Israel también hizo pública su salida. Según Jerusalén, la Unesco se ha convertido en un "teatro del absurdo" y con las dos retiradas históricas se abre "nueva era en las Naciones Unidas, en la que cuando discriminas a Israel, tienes que pagar el precio". Lo cierto es que la Unesco lleva desde 2011 pagando su favoritismo por Palestina. Ese año, el consejo ejecutivo votó y aceptó incluir el Estado de Palestina como un miembro de pleno derecho, provocando la congelación inmediata de la financiación de Estados Unidos, que representaba un 22% del presupuesto. Desde entonces, con una cartera anual de 326 millones de euros, la organización tiene problemas para financiar sus programas y mantener a sus dos mil empleados, la mitad de ellos en su sede de París. El duro golpe de la retirada de los Estados Unidos e Israel llegó durante unas elecciones decisivas a la dirección. Qatar presentó un candidato y promesas de solvencia que les situó favoritos, a riesgo de lapidar la reputación de la agencia, creada tras la Segunda Guerra Mundial para promover la paz a través de la educación. En una votación apretada, la funcionaria francesa Audrey Azoulay, se alzó inesperadamente con la victoria pese a su escasa experiencia. ... "Las cualidades de mi sucesor? Saber levantar fondos y ser un conciliador", indicó Irina Bokova, la exdirectora general a Le Monde. Azoulay, exministra de la Cultura de François Hollande, cumple con ambos requisitos. Durante un año a la cabeza de uno de los ministerios más desatendidos de Francia logró aumentar el presupuesto hasta el 6,6%, el mayor de su historia. Los orígenes de esta francesa de 45 años representan, a su manera, el diálogo entre las naciones del Mediterráneo: es hija del ahora fallecido asesor del rey Mohamed VI de Marruecos y su padre, Hassan II, y la primera judía a la cabeza de la organización...
Alexandra F. Coego. París, lunes 23 de octubre de 2017

martes, 24 de octubre de 2017

La osadía surrealista, en femenino plural

La tertulia de Ángeles Santos
Ninguna corriente artística se prestó más que el surrealismo a la reivindicación propia de las mujeres, aunque en ese ejercicio de autoafirmarse algunas de ellas dejaran jirones de piel y, en ocasiones, hasta la vida. Lo más peculiar y doloroso es que muchas encontraron sus enemigos más fieros entre los adalides del movimiento, que eran con frecuencia también sus maridos o parejas. El Museo Picasso Málaga ha reunido el trabajo de 18 artistas relacionadas,  de forma más o menos estrecha, con el surrealismo en una exposición cuyo título evita deliberadamente incluirlas en el grupo de Breton  y compañía y subraya más bien su pertenencia a sus márgenes. Somos plenamente libres. Las mujeres artista y el surrealismo se llama esta muestra comisariada por el catedrático José Jiménez y abierta al público hasta el 28 de enero de 2018. La exposición comprende 124 obras en toda clase de soportes firmadas por Eileen Agar, Claude Cahun, Leonora Carrington, Germaine Dulac, Leonor Fini -seguramente la más reticente a considerarse parte del grupo-, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Dora Maar, Lee Miller, Nadja, Meret Oppenheim, Kay Sage, Dorothea Tanning, Toyen, Unica Zürn y las españolas Maruja Mallo, Remedios Varo, y Ángeles Santos. Según José Jiménez, lo más destacado de las obras aquí reunidas es precisamente "el poderoso conjunto que conforman"; de forma análoga, lo que mejor define la muestra es que se compone de creaciones muy heterogéneas, carentes de rasgos comunes salvo ese aire surrealista que les da aliento. "Cada una de las autoras es ella misma, y sus trabajos son tan diferentes  como los tipos de soportes que utilizan", explica el catedrático de Estética y Teoría de las Artes. ... La propuesta de José Jiménez se concreta en cinco áreas expositivas que indagan en el concepto cambiante de identidad (todas las cosas diferentes que podemos ser), los mundos que no vemos aunque los tengamos delante de nuestros ojos, el sueño como mitad oculta de la vida y espacio de afirmación, el vértigo del erotismo -fuente de la vida- y la abolición de las fronteras entre los sexos.
P. Unamuno. Málaga. El Mundo, martes 10 de octubre de 2017 

lunes, 23 de octubre de 2017

Así empezó todo

Escena del Regador regado de Lumière
Estoy solo en la sala donde me hacen el pase matinal de un filme tan necesario como hermoso.
Se titula Lumière! Comienza la aventura. Lo dirige y ejerce de ilustrado, agradecido, perspicaz y admirable narrador Thierry Frémaux, el hombre que posee las llaves del reino en el todopoderoso festival de Cannes... Ignoro cómo podrá reaccionar un público acostumbrado al cine actual, mayoritariamente el de Hollywood, a consumir imágenes a toda hostia, a que los planos no duren más de veinte segundos, al imperio de los efectos especiales, ante el enamorado retrato que hace Frémaux de los inventores de algo realista o mágico, maravilloso en cualquier caso, llamado cine. Tal vez se escandalicen por haber pagado una entrada para asistir a algo tan exótico y fatigoso para ellos como es la arqueología del cine. O sea, que nadie vaya despistado. Por mi parte, es lo más bonito que me ha ocurrido en una sala de cine durante los últimos y desalentadores meses. Sonrío, río, me fascina el talento y la imaginación de los hermanos Lumière (y del centenar de operadores que trabajaron a sus órdenes fotografiando el desconocido mundo, cuando viajar por él era un privilegio de cuatro elegidos, aventureros, comerciantes o exploradores) aplicando tres premisas fundamentales que plantea Frémaux y que son ¿qué quiero contar?, ¿cómo lo voy a hacer?, ¿cuál es la mejor posición de la cámara? resueltas lucidamente por los que estaban inventando el lenguaje del nuevo arte. Calculan que los que por primera vez dejaron pasmados a los espectadores con La salida de los obreros de la fábrica crearon entre 1895 y 1905  más de 1.400 películas. Frémaux muestra un centenar de ellas. No se asusten. Solo duran 50 segundos. El temario es muy amplio, pero jamás ampuloso. Sus cámara filman la vida, paisajes, el ritmo y color de las calles (colores reproducidos en blanco y negro), a la gente...
Carlos Boyero. El País, vierne 20 de octubre de 2017

domingo, 22 de octubre de 2017

Diamantes que brillan en la noche

Al fondo el gran monasterio...
domina los recuerdos de mi infancia.
Desde niña  me despierto temprano. Un "temprano" que ha ido adentrándose  conmigo en lo que llamamos noche o mejor madrugada. Mis primeros recuerdos de ese despertar adelantado sobre el de los demás de la casa se remontan al paisaje de la infancia: la pequeña casa que mis padres habían construído para mi abuela que, como todos los mayores de mi familia, murió pronto y apenas vivió en ella. Fue nuestra mi primera casa cuando regresamos de Cataluña. Allí vivimos un tiempo, un año o tal vez dos hasta que nos mudamos a una villa tan cercana, que menos de media hora andando nos separaba. El gran monasterio, hoy sólo la iglesia se dedica al culto, que ocupa  el centro de la villa, domina los recuerdos de esta etapa. Vivíamos exactamente enfrente. Era entonce un centro de los llamados de Auxilio Social, hoy Instituto de Educación Secundaria y Formación profesional. En la casa de aldea, donde seguimos pasando los veranos hasta la muerte de mi madre, me despertaban los pasos de los vecinos, bajando por el camino de piedras y sus voces apagadas. Iban, al amanecer, a abrir los pozos para regar los campos de maíz. El silencio recuperado me devolvía el sueño. En la nueva vivienda y unos años más tarde en Orense esperaba los ruidos de la cocina que confirmaban que mi madre se había levantado, para saltar de la cama. Y cuando empecé a necesitar tiempo extra para mis estudios o para el cuidado de mi familia siempre elegí la mañana, muy de mañana. Con los años el despertar se adelanta y aunque casi siempre llego al mediodía agotada, les confieso que me encantan estas horas robadas que me deparan una suerte de doble vida entre palabras, leyendo o escribiendo.  

El diamante es una piedra preciosa, que se utiliza en joyería por su brillo y transparencia, según la definición del Diccionario de la Academia Española .  Un diamante es para mí un libro  que brilla en la noche oscura de mis horas sin sueño, que me envía su luz, su transparencia. Son escasos, es cierto. Esta semana llegó uno a mi casa. Casi siempre los reconozco por la persona que los envía: mi querido amigo V. G. Envuelto en el papel azul de la librería Mollat de Burdeos. Y esa noche lo abrí: Neverland de Timothée de Fombelle. El relato de un viaje en busca de le infancia. En particular de esos momentos en los que  vislumbramos la frontera entre los dos mundos, el territorio de la infancia y el país de lendemains/ los días que vienen después.:"Rocé con frecuencia el límite, como todos los niños, mirando a hurtadillas el país adulto- ví por ejemplo a mi madre llorar en un puente de piedra abrazada a mi abuela. No me vieron, estaba escondido en la orilla del río- pero siempre pude dar la vuelta frotandome los ojos, hacer como que no sabía nada..."  Aunque la extracción social del autor, el escenario de los recuerdos, la gran casa familiar a orillas del mar, con la presencia de los abuelos, sean muy distintos de los míos, esa búsqueda me concierne, en ella me reconocí hasta las lágrimas. De todos sus recuerdos evocados traduzco uno en relación a la lectura: "Esta vez, es la otra abuela, la que me llama Mimi-mon-ange en secreto si me reúno con ella  a los cuatro años y medio en su cama blindada de libros. Y sea la hora que sea de la noche, la luz nunca se paga bajo su puerta como si esperara a alguien. Lee toda la noche...Imposible olvidar ese trazo de luz debajo de su puerta que me hizo creer que leer , era esperar a alguien".

sábado, 21 de octubre de 2017

París soy yo

Café Français
El Café Français se abre a la bulliciosa Plaza de la Bastilla con un brillo dorado. Es como el interior de un huevo Fabergé amueblado por India Mahdavi con mobiliario rojo y azul eléctrico. La música es ochentera, tranquila pero alegre. Como la voz de Thierry Costes (1975), el dueño del lugar, que no puede evitar entusiasmarse al hablar de su negocio:"Hasta los 10 años viví encima del local de mi padre y ahora lo hago al lado de uno de ellos. Para mí es una pasión", confiesa el hijo de Gilbert y sobrino de Jean-Louis Costes, la poderosa hermandad de la restauración gala que en los años ochenta rehabilitó un icono nacional: el café parisino. Aunque pueda parecer una ciudad que nunca perdió el glamur, en la mencionada década París vivió desorientada. Perdida la energía que había irradiado durante los sesenta y los setenta, Tokio y Nueva york la habían superado en poder de seducción. Londres la miraba por encima de sus hombreras. Resistía como capital de la alta costura, pero París no despegaba en lo cotidiano. Sus cafés y brasseries estaban sumidas en un tipo de decadencia que se explica en tres palabras: formica, acero y escay. Cuando en 1984 mi tío Jean-Louis contrató a Philippe Starck, por entonces un joven diseñador, para abrir el Café, fue una revolución. El diseño no existía en las cafeterías, que además tenían una propuesta gastronómica muy simple: bebidas y sándwiches de jamón y queso", cuenta Thierry Costes. En las brasseries el panorama no era mucho mejor:" Solo podías pedir sopa de cebolla o huevos con mayonesa. Nosotros introdujimos un menú internacional con platos sencillos y sanos de primera calidad, como el gazpacho o el tomate con mozzarella. Ahora todo el mundo lo hace". El impacto del Café Costes fue brutal. André Saraiva, artista francés y fundador del popular local nocturno Le Baron, además de amigo y socio de Thierry, recuerda divertido como "la gente iba solo para visitar los baños". Les toilettes del Costes -que estaba en el barrio de Les  Halles y cerró en 1990- se convirtieron en parada obligada en la ciudad igual que el Louvre o el Palais Royal. Luego llegó el Café Beaubourg, frente al museo Pompidou, diseñado por el futuro pritzker Christian de Portzamparc. A partir de aquí, se puede contar la historia del cool parisino a través los locales que la familia Costes ha ido abriendo en la ciudad. O, a través de los artistas, interioristas y el público que han pasado por ellos, podemos analizar el paso de la hostelería como el simple negocio de dar de comer y de beber a la hostelería como fenómeno cultural. Tanto, que la editorial Assouline acaba de publicar un libro en el que se ilustran los principales proyectos -más de 30 cafés, hoteles y restaurantes- que Gilbert y su hijo Thierry han realizado bajo la denominación empresarial Beaumarly ..... 
Mario Canal. ICON. El País 16 de octubre de 2017.

viernes, 20 de octubre de 2017

Carla Bruni lanza "French Touch"

Carla Bruni
Pese a tontear inicialmente con ello, no cayeron finalmente melómanos y críticos en la tentación de ningunear a Carla Bruni cuando editó Quelqu'un m'a dit (2002). Conocida mundialmente por ser una de las supermodelos de los noventa, su incursión en la música podría tomarse como el capricho de una intrusa con ganas de hacer algo nuevo en su vida. Sin embargo, aquel álbum de debut enamoraba al instante. Derribando prejuicios, durante un tiempo se convirtió en ese disco no previsible de calidad del que se presume en público. Como en su día fueron Saint-Germain, Tribalistas o Amy Winehouse. Explotando su imagen impoluta, jugando con las enseñanzas de la chanson y haciendo de su susurro una especie de marca registrada, Carla Bruni se coló en miles de salones treintañeros. Era símbolo de elegancia, calma y cierta sofisticación. Definitivamente, la Bruni molaba. Todo cambió, no obstante, cuando trascendió su relación con Nicolas Sarkozy en el 2007. Este presidía Francia entonces. De pronto, pasó a ser una primera dama un tanto antipática. Las revistas musicales que otrora le regalaban portadas, la empezaron a ningunear. Muchos de los fans que lucían su álbum de debut en las visitas como una delicatessen, lo ocultaban. Y un buen disco como Comme si de Rien n'était (2008) quedó en segundo plano. La crítica, en lugar de indagar entres sus influencias y elucubrar sobre su clasicismo adaptado al presente, prefirió buscar entre sus versos mensajes a su amado. Los encontró. "Eres mi droga, más letal que la heroína afgana y más peligroso que la coca colombiana", le cantaba en él. Y, de paso, provocaba protestas en los países referidos por estigmatizarlos. Así las cosas, Carla Bruni quedó fuera del foco de la prensa musical, asentándose en la del corazón. En el 2011 tuvo una hija, Giulia. En el 2012 su marido perdió la presidencia. Y ambos, poco a poco se fueron desvaneciendo, dejando sitio a otros personajes de la política más farandulera. La edición de Little French Songs  (2013) no despertó demasiada expectación. El silencio editorial se mantuvo hasta que la pasada primavera apareció con una versión del mítico Enjoy The Silence de Depeche Mode. Servía para anunciar un nuevo disco de la cantante producido por David Foster. El resultado acaba de salir a la luz. Se trata de French Touch, un elepé con el que Carla Bruni repasa un puñado de canciones ajenas. Todas son en inglés y todas, según reza la nota promocional, "han sido elegidas por su significado personal en sus palabras, canciones que inspiran el concepto francés de amor a primera vista - le coup de foudre". Que nadie se espere grandes descubrimientos. La cantante ha ido directamente a por clásicos requeteconocidos: Jimmy Jazz (The Class), Miss you (Rolling Stones), Highway To Hell (AC/DC), A Perfect Day (Lou Reed) o Moon River (Henry Mancini) son algunas de ellas.....
Javier Becerra. La voz de Galicia/Fugas, viernes 13 de octubre de 2017

jueves, 19 de octubre de 2017

Por encima de la lluvia

Victor del Árbol
Víctor del Árbol (Barcelona 1968) será el segundo escritor español en ser nombrado en noviembre, Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres por la Academia Francesa. El catalán que fue mosso d'esquadra durante veinte años y saltó a la fama hace dos tras ganar el Nadal, acaba de publicar una nueva novela, Por encima de la lluvia (Destino), una parábola sobre el sentido del amor, el peso de los recuerdos y las heridas imborrables. "El libro nace de una discusión en una cena en la que me dí cuenta de lo muy relegadas que están las personas mayores. Por ejemplo, no está bien visto que hablen de temas como el sexo. En un momento de esa cena, un señor de unos 70 años le hizo una broma de corte erótico a su esposa y se produjo un silencio incómodo. Creo que a partir de cierta edad lo único que esperamos de las personas mayores es que se dediquen a recordar. Olvidamos que la experiencia es un grado y que la vida es la acumulación de esas experiencias. La vejez no debe ser una espera para la muerte, porque muchas veces no es cuestión de edad sino de atreverse". " En todas mis novelas sale siempre un momento histórico que tiene que ver con lo que yo llamo la memoria del olvido. ¿Por qué? Porque trato de darles voz a los sujetos de la historia que han sido borrados por la derrota. Por encima de la lluvia habla sobre un tema muy presente en la sociedad española, que es qué hacer con el Valle de los Caídos. Para mí simboliza una memoria petrificada que se quiere olvidar pero que, sin embargo, está ahí"...... La novela salta desde el Tánger de 1955 hasta el Malmö del 2014. Es un viaje en la historia. "El viaje es la metáfora más potente de la literatura. Yo quise utilizarlo en un doble sentido: el viaje vital de las personas hasta el final de sus vidas y el viaje interior. Porque al final lo que cuenta es la transformación.....
Beatriz Pérez . Barcelona. La voz de Galicia, miércoles 27 de septiembre de 2017

miércoles, 18 de octubre de 2017

Arañas de encaje para Cédric Villani

Cédric Villani
Los broches de arácnidos son los preferidos del matemático francés Cédric Villani, diputado del partido de Macron. Las diseñó y creó la palillera Lucita Figueroa tras su visita a Ézaro. Los encajes de Costa da Morte son mundialmente conocidos y apreciados, llegaron a mil y un destinos. Incluso en el fondo del océano, en las bodegas del mítico Titanic, reposan puntillas elaboradas en Camariñas, que viajaban con destino de Nueva York. A partir de ahora lucirán también en las solapas del considerado mejor matemático del mundo, el francés Cédric Villani, ganador de la medalla Fields 2010, el equivalente al Nobel, y que actualmente es además diputado en representación del partido que apoya al presidente Emmanuel Macron. El prestigioso científico acostumbrado a lucir en sus solapas broches de arañas, a cuya colección incorporará ahora dos nuevos arácnidos de encaje de bolillos, uno de color blanco y otro negro, elaborados por la palilleira muxiana Lucita Figueroa. La idea le surgió a raíz de la visita que Cédric Villani realizó a O Ézaro (Dumbría) en octubre de 2016, acompañado del físico baiés Jorge Mira. Allí visitó el expositor de puntillas de Lucita Figueroa, "e gustóulle moito o encaixe, incluso mercou algunha peza"/ y "le gustó mucho el encaje, incluso compró alguna pieza", afirmó la artesana. Para ella también es una experiencia nueva "pois nunca fixera pezas de encaixe en forma de araña, xa que non é un motivo habitual nas puntillas"/pues nunca hice piezas de encaje con forma de araña ya que no es un motivo habitual en las puntillas"...
José María Ramos. Dumbría. El Correo Gallego, miércoles 11 de octubre de 2017

martes, 17 de octubre de 2017

Mucho más que un pintor de españoladas

Retrato de la condesa Matthieu de Noailles
 Foto: © Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao
La fundación Mapfre reivindica a través de casi un centenar de obras el valor de Zuloaga. ¿España Blanca o España negra?¿Modernidad europea o esencia celtibérica? ¿Simbolismo o españolada? ¿Las condesas de París o los toreros de pueblo? ¿La efervescente Belle Époque o el rancio 98? Pues, en el caso de Ignacio Zuloaga (Eibar, 1870-Madrid, 1945), todo, parecen querer decir los organizadores de la exposición Zuloaga en el París de la Belle Époque, 1889-1914 en la fundación Mapfre de Madrid. La muestra, que suma más de 90 obras del pintor guipuzcoano, de artistas amigos o de autores a los que admiró y coleccionó, permanecerá abierta hasta el 7 de enero y supone una reivindicación sin complejos de lo que pudiera denominarse el Zuloaga integral. Pablo Jiménez y Leyre Bozal, los comisarios, han querido desterrar la imagen exclusivamente eterna del pintor "al que siempre ha costado ver desde España, al que se ha visto casi siempre como un español que pinta españoladas y que nos cae bastante antipático", en palabras de Jiménez Burillo. Y sobre todo, han querido subrayar una idea: mientras todo ese debate sobre las Españas, sus exotismos y sus atrasos y sus monjes en éxtasis se desarrollaba y hechizaba a media Europa, sobre todo a los franceses... Zuloaga se dedicaba a lo suyo: pintar.  Lo que hacía magistralmente, como puede comprobarse en esta exposición, una de las escasas que se le han tributado en su país...




La negación de su anclaje en la espesura casticista que muchos sospecharon y siguen sospechando es la síntesis perseguida por la retrospectiva, cuyas obras proceden de colecciones particulares y de museos como los Orsay, Picasso y Rodin de París, los Uffizi de Florencia, la National Gallery of Art de Washington, el Hermitage de San Petersburgo, el Reina Sofía, el Bellas Artes de Bilbao, el Ignacio Zuloaga de Zumaia o el Picasso de Barcelona.La muestra se estructura en seis ámbitos, titulados Los primeros años del artista, El París de Zuloaga, Zuloaga y sus grandes amigos: Émile Bernard y Auguste Rodin, Zuloaga retratista, La mirada a España y La vuelta a las raíces.A lo largo de ellos se van entremezclando las pinturas que realizó el artista con piezas de Bernard, Toulouse-Lautrec, Rusiñol, Antonio de la Gándara, Carrière, Gauguin, Sérusier, Rodin o Picasso.....
Borja Hermoso. Madrid. El País, miércoles 27 de septiembre de 2017

lunes, 16 de octubre de 2017

Inolvidable marido de la peluquera

Jean Rochefort
Jean Rochefort fue un hombre pegado a un bigote. Se lo dejo crecer tarde, habiendo superado ya los 40, pero después nunca se lo pudo volver a afeitar. Sorna y mostacho habrán sido seguramente los principales rasgos distintivos de este veterano y carismático actor, fallecido en París a los 87 años, tras haber participado en 150 películas. Con Rochefort se marcha otro miembro de una irrepetible generación de intérpretes franceses, la llamada banda del conservatorio, integrada por distintos hombres que coincidieron en la escuela de arte dramático de París durante los cincuenta, como Jean Paul Belmondo, Jean Pierre Marielle, Philippe Noiret o Annie Girardot.... El director Patrice Leconte, de gran éxito en el cine de los ochenta y noventa, lo convertirá en su actor fetiche ofreciéndole papeles en Tandem (1987), El marido de la peluquera (1990) -tal vez su película más conocida en el extranjero, Ridicule (1996) y El hombre del tren (2002). Sin embargo, había sido Bertrand Tavernier quien provocó un punto de inflexión en cu carrera, en los sesenta, al concederle un papel en El relojero de Saint Paul, junto  a Noiret, otro amigo cómplice. Rochefort, actor superdotado y ganador de tres premios César -el último honorífico en 1999 -se consideraba, en realidad, muy poca cosa. "No me tomo nada en serio. Ni a mí mismo, ni a mi arte. Me da igual mi imagen de marca....Soy lúcido y. seguramente, también mediocre", dijo a Télérama en 1994.
Alex Vicente. El País, lunes 9 de octubre de 2017.

domingo, 15 de octubre de 2017

"Canta, ángel mío, sigue cantando....."

Andaba escasa de ideas, la imaginación perezosa, ensi-mismada y un tanto pesimista sobre el devenir de nuestro país, no sabiendo de qué cabo tirar para engarzar en el tejido del blog  una pieza de bonito color, de suave textura que nos hiciese olvidar ese pesar y de pronto lo ví: "Depardieu: Barbara m'en-tend" /Barbara me oye. "En noviembre para los 20 años de la muerte de BARBARA, Gérard DEPAR-DIEU va a cantar sus canciones en el CIRQUE D'HIVER. Nos cuenta su loca historia". Por Jerôme Garcin, (L'OBS, du 5 au 11 octobre 2017). Barbara, mi preferida, por su voz, por sus textos, por su elegancia. Siempre me gustó, fue la última  de los grandes a la que presté mayor atención, ya en los años noventa poco tiempo antes de su desaparición. Nantes, Dis quand reviendras-tu?, Vivant poème siguen muy vivas en mi corazón. Me puse enseguida a tirar con cuidado del hilo de seda de su voz para hacerla venir hasta aquí. Así me enteré del gran amor que unió a los dos, Barbara y Depardieu. A mediados de los años 80 Barbara escribió  en Le Nouvel Observateur que Depardieu era un "magnifico ladrón","un ladrón de emociones", "no sé cómo puede hacer surgir de la zona helada un árbol de luz". Para Gérad Depardieu, Barbara era una reina  a la que en su tumba el día de su entierro dedicó estas fervientes palabras: "Canta, ángel mío, sigue cantando en tu isla de las mimosas en donde tu eres la reina. Canta, amor mío, canta. Tu tranquilizas mi alma....". Juntos, en el escenario, inventaron ese espectáculo loco:"Lily Passion" en el que ella era la diva y él el asesino. Su pasión no se ha apagado con la muerte de Barbara, el 24 de noviembre de 1997. Ella continúa haciéndolo vibrar, habitándolo. En el pasado febrero interpretó, en un disco, Dépardieu chante Barbara y también en el escenario de Bouffes du Nord: Une petite cantate, Ma plus belle histoire d'amour, entre esos 14 títulos de Barbara. Un recital que va a reproducir excepcionalmente  en noviembre en el Cirque d'Hiver para el aniversario de la que le ayuda a respirar y a vivir mejor. Pronto encontré otros hilos: dos cds, un libro, un film, un weekend de conciertos, una exposición. Todos para  rendir homenaje, celebrar esa voz de esa dama las dos sin igual. El año 2017 es pues el año Barbara 

Très souvent, je pense à vous/ Con  mucha frecuencia, pienso en usted.
 Es el título del CD del 27 de noviembre de 2015 de Patrick Bruel que la considera como la más grande artista francesa del siglo XX. Es una selección de las canciones más emblemáticas: L'Aigle noir, Le mal de vivre, Madame entre otras. Un homenaje a "la femme qui chante". Gran admirador de Barbara, desde los 8 años, cuando más tarde se encuentran, la cantante se interesa por él tanto como él por ella. Una noche de concierto Barbara le deja una nota en la que está escrita esta frase: Très souvent, je pense à vous avec force et tendresse". El cantante al retomar el repertorio de Barbara quiso explorar su parte femenina dándoles otro sentido. Elles & Barbara, el álbum homenaje que salió el 9 de junio de este año  con los mayores éxitos de la artista cantados por 13 mujeres que cantan a"la femme qui chante" como a que a ella le gustaba que la llamasen: Zazie, Nolwenn Leroy, Louane, Olivia Ruiz, Cherhal, Virginie Ledoyen, Daphné, Julie Fuchs, Mélanie Gardot, Juliette Armanet y Dani: La solitude, Mon enfance, C'est trop tard, Parce que je t'aime....

sábado, 14 de octubre de 2017

Menhires, una fantasía en el bosque breton

Las piedras de Carnac.
En el condado inglés de Wiltshire y en el norte de Francia las comunidades de la prehistoria convirtieron la naturaleza en arte con el alzamiento de menhires. Un recorrido por los impresionantes bosques de Bretaña, donde se esconden algunas de aquellas joyas monolíticas, permite un paseo onírico entre el entorno y su representación. En la región francesa de Bretaña se encuentra la mayor concentración de monolitos del mundo. Su primer emplazamiento es Carnac, donde 3.000 menhires neolíticos se alinean en cuatro kilómetros de terreno. Más al norte en Côtes d'Armor, los bosques también guardan tesoros prehistóricos. El arquitecto Francesco Careri, el autor de Walkscapes: el andar como práctica estética, de la editorial Gustavo Gili, describe como estos monumentos megalíticos representan el nacimiento de la arquitectura como "la piedra que emerge por primera vez del caos". En esos bosques el fotógrafo Juan Millás fantaseó con la idea de haber alcanzado la frontera primigenia entre la naturaleza y la cultura. Cada monolito se recortaba entre los árboles como una puerta sellada que hace miles de años pudo ser una grieta para saltar del paisaje al arte y del arte al paisaje. La singularidad de cada menhir reside en que se trata de un cuerpo que convive entre ambos universos. Es territorio porque es una roca, un elemento natural que antes de levantarse -cuenta Careri- no tenía connotaciones simbólicas. Pero también es orden, composición, representación, arte. Al rotar cada una de esas rocas, el hombre la transforma en otra cosa, en un relato. Junto al fotógrafo nos adentramos en los bosques del norte de Bretaña imaginando la visión utópica de quienes contemplaron por primera vez arte en la naturaleza. Estas fotografías formarán parte de una exposición diseñada por la arquitecta Diana Jusdado que podrá visitarse en el Museo del Romanticismo de Madrid, desde el 26 de octubre hasta el 14 de enero de 2018.
Juan Millás. El País Semanal,  3 de octubre de 2017.

viernes, 13 de octubre de 2017

Carmen olvida los tópicos

Escena de Carmen de C. Bieito
El montaje de Carmen de Calixto Bieito llega al Real tras recorrer 32 teatros y convertirse en el más visto de la ópera de Bizet. Habrá que hacer un esfuerzo. Dejar el florero de los tópicos y viajar con la música de Bizet al siglo XXI. Cambiar la Sevilla ocupada por franceses a una Ceuta o Melilla atravesada por la Legión. Huir de bandoleros con navaja y cuidar de que no les atropelle un nido de contrabandistas en Mercedes desconchabados. Borrar de la imaginación los pasos fronterizos de Sierra Morena y trasladarse a las caravanas que bajan cada verano al Magreb. Y, sobre todo, no contemplar la tragedia de Carmen y don José como un arrebato pasional, sino como un crimen de violencia machista. Así encajó Calixto Bieito el mito de la cigarrera en lo que es "una obra maestra de la dramaturgia en pleno siglo XXI", comenta Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. Su estreno en Madrid el miércoles 11 -estará en cartel hasta el 18 de noviembre- viene bien rodado. Fue Matabosch quien, cuando ocupaba el mismo cargo en el Liceu barcelonés, apostó por este primerizo trabajo de Bieito -se trataba de su segunda ópera- y la montó a lo grande en la Rambla después de su estreno mundial en el Festival de Peralada. De ahí no ha dejado de viajar, con una última parada en París. Ya son 32 los teatros de todo el mundo donde ha recalado. "Es básicamente la misma de hace 18 años, cuando la estrenamos", asegura el escenógrafo Alfons Flores.....Matabosch cree que con esta Carmen, Bieito ha conseguido ya todo un clásico. "Es la mejor versión que he visto de esta ópera", recalca. Por eso quería programarla en una temporada simbólica en la que se celebra el segundo centenario del Real y los 20 años de su reapertura. Para Joan Anton Rechi, asistente de Bieito y el hombre que más veces ha dirigido este montaje, su enjundia y su vigencia "está en su tratamiento del tópico". Lo hace de manera fronteriza: " Es ahí donde coloca los personajes: en esa barrera física y moral entre los lugares donde se encuentran y sus acciones. Con ello transforma un crimen pasional romántico , como se ha visto siempre, en un tremendo asesinato de violencia machista, que es lo que nos resulta el drama de don José con los ojos de ahora.".....
Jesús Cruz Montilla. El País, lunes 9 de octubre de 2017

jueves, 12 de octubre de 2017

La noche del Alzheimer

Annie Ernaux con su madre en 1959.
(Foto de "Ecrire la vie", por Annie Ernaux,
Gallimard, Quarto, 2011)
Annie Ernaux (nacida en Normandía en 1940) es una novelista francesa últimamente bastante reconocida en su país, aunque hasta donde sé poco conocida aún entre nosotros. Cabaret Voltaire publicó hace poco su libro No he salido de mi noche, que ciertamente no es una novela sino una suerte de dietario con escenas estremecedoras sobre la enfermedad de Alzheimer que padeció la madre de la escritora a principios de los años 80. El título corresponde a una de las últimas frases con sentido que la madre dice. Escribir sobre el proceso de destrucción neuronal y degradación psicofísica que el Alzheimer conlleva debe ser en sí terrible. Ignoro si esta enfermedad ha producido la literatura que -en otro caso espantoso- sí produjo el sida, desde por ejemplo las páginas de Susan Sontag. El sida involucra en su ser no sólo destrucción sino problemas socio-culturales, sobre todo se vió así en sus inicios. También los produce el Alzheimer, que suele provocar enormes tensiones familiares al tener (casi inevitablemente) que llevar al enfermo fuera de su casa. Confundido con la demencia senil y con trastornos de la vejez, el Alzheimer se ha descrito poco durante años, fuera de los circuitos médicos. Era tremendo ver cómo un ser querido dejaba de reconocer su entorno y llegaba a no conocer a nadie, ni a sí mismo. De ahí una parte notable del libro testimonial de la señora Ernaux, publicado en Francia en 1996. Entonces la enfermedad de Alzheimer todavía parecía un coto privado que era mejor no mostrar a la luz. Entonces (creo) el libro pudo ser mucho más sorprendente que ahora. Porque de una manera u otra, a todos nos ha llegado ya la estampa de lo que se celaba. En realidad el libro de Ernaux (y pese a sus duros apuntes) no es sólo un libro sobre la enfermedad -no tiene nada de ensayo- sino el testimonio de una hija sobre la desdicha de su madre, con la que no siempre pareció llevarse bien, porque las relaciones materno-filiales suelen ser complicadas. Al inicio de sus notas -escritas después de sus visitas a la enferma, más o menos semanales- parecen tristes y duras. Ve a su madre mirando a otra vieja y dice:"Todas las mujeres están locas hoy". Después:"Todo se ha invertido, ahora es mi hijita. NO PUEDO ser su madre"... Parece que el Alzheimer transforma al ser humano en infrahumano casi, si no fuera por la ternura... La compasión revive el amor, cuando todo es y parece imposible... Todo es terrible menos el compasivo amor hacia el espanto. 
Luis Antonio de Villena. El Mundo, miércoles 4 de octubre de 2017 

miércoles, 11 de octubre de 2017

Un patrimonio compartido por toda una región

Elaboración de los quesos Comté
El queso Comté es un patrimonio compartido por toda una región desde hace 800 años. Nacido del espíritu solidario, expresa como ningún otro el vínculo del campesino con la tierra. Francesa, claro. Proudhon, convencido socialista libertario, siempre dudó de que la propiedad fuera útil.  Nació en Besançon, capital de la región Franche Comté, en 1809. De pequeño cuidó vacas y pasó la juventud buscando el precio justo de las cosas. Logró publicar libros que aparecen en manuales de estudio, pero, ¡qué injusticia!, no probó el queso que mejor representa su pensamiento:Comté. Para conocer el origen de esta delicia natural hay que viajar hasta el Macizo del Jura, territorio orgulloso de su queso donde algo debió quedar del compatriota Proudhon, porque sus campesinos decidieron colectivizar un producto que es la imagen de un pueblo y de una forma de vida. Las 153 fruitières/cooperativas y las 15 cavas de curación simbolizan la alianza de las familias. El Comté es un producto artesanal fruto de la unión de las leches. Las tres figuras fundamentales en el proceso de creación de un comté son: productor, transformador, afinador. En una granja de Bouverans vive y trabaja Tas Marmier. Tiene 90 vacas de raza montbeliarde. Con él aprendemos a ordeñar y detalles del estricto Cahier de Charges/ cuaderno de normas que impone el Comité Interprofesional Gestión del Comté: una hectárea de campo por vaca, que solo come hierba y flores. Los 20 litros obtenidos de cada una los transportamos a la fruitière. En Labergement Sainte Marie visitamos la fruitière des Lacs, donde nos enseñan a elaborar los moldes (400 litros de leche cada uno) y apuntamos los ingredientes: leche cruda, cuajo animal para solidificar y sal natural para pulir la corteza. Nada más , y nada menos. Al salir probamos un comté de 36 meses de maduración y cuando los cristales de tirosina se rompen entre los dientes, entendemos en qué consiste la serenidad absoluta. Así nos dirigimos al tercero y más impactante eslabón, la cave del Fort Saint Antoine antiguo fuerte militar descubierto por el fromagier Marcel Petit y hoy dirigida por el maestro Claude Querry, que lleva más de 30 años escuchando, golpeando y afinando esos moldes de 40 kilos. "No producimos, orientamos. Criamos un producto y lo ponemos en el mercado".. Junto al comercial Benoît Prince nos enseña las particularidades de cada uno: Jeune (entre 6 y 10 meses), Fruité (11-15), Vieux (18-24), Extra Vieux, (24 en adelante. Mientras probamos, Querry dice justo lo que estamos pensando:"La calidad está en la textura, riqueza cromática, sabor, fineza, solubilidad y gusto identificable. El Comté es una fruta, la cave es el árbol". Amén
Use Lahoz. ICON. El País, octubre 2017

martes, 10 de octubre de 2017

Dibujando una revolución

Es un entusiasta, una de esas personas soñadoras que viven en un mundo imaginario y un tiempo propio, entre realidades paralelas y conexiones invisibles. Dice Marcel Dzama (Canadá, 1974) que sobre todo aparecen de noche, justo antes de quedarse dormido. Vive pegado a un cuaderno, donde anota todo lo que se le ocurre. "Hay ideas que tomo de un libro, de las noticias de la radio, de la charla con un amigo o, simplemente, del azar. Esas notas se quedan ahí en espera, pero con vida propia. A veces me parece que estoy mucho más lúcido justo en ese estado de duermevela que para mí es un lugar especialmente creativo. Ahí empieza todo", explica. Dzama dibuja todos los días y todavía se sorprende por la oscuridad de su imaginación. La fascinación de su padre por los documentos de la II Guerra Mundial abrió la puerta a la perturbación y su amor por la historia. Goya contribuyó lo suyo con Los desastres en la serie que hizo sobre la guerra de Irak, y Duchamp también puso su granito de arena con el morbo y misterio tras su Étant donnés. "Intento no censurarme en absoluto", dice. Creció en Winnipeg, Canadá, una ciudad remota que describe como fantasmal, sobre todo durante los largos inviernos cuando todo se silencia bajo un metro de nieve. Desde que se mudó a Nueva York en 2004, trabaja desde el segundo piso de su casa de Brooklyn, en una pequeña habitación cuadrada llena de libros, discos y recortes de revistas. La voz de Leonard Cohen ameniza las veladas y un pequeño cartel amarillo añade más tensión con"Peligro, alta tensión". Hay moldes de yeso, botes de pintura y una cabeza de oso que aparece en muchos de sus vídeos, bajo el que intuyo que debe sentirse muy cómodo. ..... El suyo es un universo lleno de mascaradas, ironía y violencia soterrada que oscila entre el juego surrealista y los tintes dadás. Marcel Dzama llega a La Casa Encendida Dibujando una revolución.....
Bea Espejo. Babelia. El País, sábado, 23.09.2017

La Casa Encendida. Dibujando una revolución de Marcel Dzama, del 28 de septiembre al 7 de enero de 2018.

lunes, 9 de octubre de 2017

Mal genio

Jean-Luc Godard
En la magnífica biografía Godard: retrato del artista a los setenta (2003), Colin MacCabe inscribe en la crónica de los anecdotarios el modo en el que el cineasta perdió cuatro veces las gafas en diversos altercados durante el revo-lucionario año de 1968. El sentido cómico con el que Hazanavicius se aproxima a la figura de Jean-Luc Godard en el período más controvertido de su carrera -cuando la libertad de la Nouvelle Vague dio paso a la militancia político-fílmica alienante- convierte esta anécdota en un gag recurrente a lo largo de Mal genio. La autobiografía Un an après de Anne Wiazemsky, protagonista de La Chinoise (1966) y segunda y más breve de las mujeres de Godard, es en todo caso la fuente primordial del filme, que no solo se conforma con sugerir que todos los franceses menos Godard se han recuperado del fracaso sesentayochista sino que además lo hace por encima del hombro. Desde luego es una película hecha con mal genio. Está estructurada en siete bloques, cuyos títulos replican los juegos de palabra gordianos (ej: "Pierrot le Mépris") , y, cada uno de ellos se quiere apropiar de la estética y las formas de los filmes con los que el autor franco-suizo cambió el lenguaje del cine: de Al final de la escapada a Week-end, que termina con el rótulo "Final de la historia. Final del cine". La futilidad del ejercicio estilístico se ancla de nuevo en la mímesis anecdótica, en la banalidad del gag visual, incapaz de dotar de un sentido y un discurso a semejantes apropiaciones de brocha gorda. Si la convención del biopic dicta que la película se convierta en un grandes éxitos (o momentos) en la vida del personaje retratado, Mal genio aplica la regla a su look para convertirse en un greatest hits de las conquistas estéticas del primer Godard, aquel que prefiguró la leyenda bajo la cual medio siglo mediante aún se le juzga, tan incomprensible como erróneamente....
Carlos Reviriego. El Cultural, 8-10-2017

domingo, 8 de octubre de 2017

Países vecinos, países distintos

Una clase dela escuela Mona Ozouf
Una de las primeras actividades que suelo hacer al iniciar el curso en mis clases es la comparación del horario escolar de cada clase con las correspondientes de un collège o lycée francés. Hoy los libros de texto y materiales de apoyo que empleamos, elaborados por un excelente equipo de profesionales, no solo nos permiten sino que nos estimulan a una metodología de observación de l'autre/ el otro, el que habla esa lengua que queremos hacer Una clase de la escuela aprender a nuestros alumnos, un juego de regards croisés/ miradas cruzadas. Llama la atención de nuestros alumnos que en las horas dedicadas al estudio de las lenguas extranjeras, denominadas vivantes, aparezca la opción de escoger una segunda lengua extranjera o une langue régionale. Lo que me obliga a una explicación de la configuración del territorio francés y la presencia de esas llamadas langues régionales en los curriculos escolares. Con la ayuda de los mapas digitales revisamos la división administrativa desde la commune/ el municipio, le département/la provincia hasta la Région/la comunidad autónoma. Haciéndoles ver las diferencias entre los dos países tan marcadas: el centralismo francés y la descentralización española, hoy en uno de sus momentos más críticos con la amenaza de la independencia de Cataluña.  Frente al inmovilismo francés por lo que se refiere a la configuración del territorio, nuestra historia ha sido mucho más agitada. Y no porque en Francia no existiesen antiguos reinos o territorios con lenguas antiguas tanto como las nuestras (el bretón, el occitano, el provenzal...) pero su presencia y su historia ha sido muy distinta a la nuestra. Les langues régionales no se estudiaban en les lycées franceses que yo conocí en los años 70. Tampoco en España. Pero en nuestro país fue una de las primeras reivindicaciones de la democracia con el restablecimiento de los Estatutos de Autonomía. Sin embargo siguieron ausentes de las escuelas franceses hasta los años 2000, no puedo asegurar la fecha, cuando surgieron corrientes de opinión que reclamaban su presencia. Por lo que se refiere a les Régions  que se delimitaron  en los años 70 para impulsar la economía de la periferia, sin poder político, no son comparables con nuestras Autonomías. Es más, se ha producido un movimiento a la inversa. En el último gobierno de F. Hollande y Manuel Valls, en 2014, se redujeron de 22 a 14. Es en estos términos cómo les presento a mis alumnos de 14 a 18 años una organización territorial diferente a la de nuestro país.
Mona Ozouf delante de la escuela pública que lleva su nombre.

Les he hablado en otras ocasiones de Mona Ozouf, escritora, historiadora, inte-lectual de un enorme prestigio en Francia, poco conocida, poco leída en España. Autora de uno de los libros que más he apreciado: Les mots des femmes/Essais sur la singularité française, (Fayard, 1995). De ella es también el interesantísimo  y muy recomendable para todos los que nos interesamos por las cuestiones que atañen a nuestra identidad, a nuestra lengua de elección en los casos en que dos conviven como maternas: Composition Frnçaise. Retour a une enfance bretonne/Composición Francesa. Regreso a una infancia bretona, (Gallimard, 2009/ Prensas Universitarias de Zaragoza, 2014). Es una combinación de relato autobiográfico y de ensayo, escrito además por una historiadora. Un diálogo constante a lo largo del libro entre la brillante universitaria y la niña que fue sobre su infancia, sobre las lenguas con las que convivía. Su camino posterior, el traslado a la ciudad, la Guerra, París, el compromiso , la ideología francesa por encima de su pertenencia bretona.

sábado, 7 de octubre de 2017

K.Lagerfeld reinventa Versalles

Karl Lagerfeld
Entre los numerosos talentos de Lagerfeld, ahora se añade el de diseñador de interiores. Una pasión que cultivaba con discreción y que se materializa en la renovación del hotel Crillon de París, uno de los palacios más lujosos del mundo. Le gusta vestir los interiores tanto como a las mujeres... sobre todo cuando se trata de un palacio de la máxima importancia. Cuando Aline Asmar de Amman - la directora artística de la renovación del Crillon- le pidió que contribuyera a su renacimiento, Karl Lagerfeld no lo dudó. Ha diseñado los Grandes Aposentos del hotel, un testimonio vivo de su amor por el siglo XVIII. Un total de 350 metros cuadrados que ha imaginado como si fuera su residencia privada y que ha decorado en varios tonos de gris, el color de los cielos parisinos:"La luz más bella del mundo", asegura. Estos Grandes Aposentos son su idea espiritual del siglo XVIII en oposición al siglo XXI. Es su pequeño Versalles. "Y es París al mismo tiempo. El gris Trianón, el gris tórtola:¡eso es París! No es esa especie de beis y rosa de ciertos hoteles". "No es una recomposición. Es un lugar para vivir y sentirse bien, igual que en el siglo XVIII. Estaban a gusto, incluso en medio del lujo más grande. Todo esto hay que tratarlo como si fueran muebles de Ikea. Hay que tener esa naturalidad con el mobiliario. Además, esa parte de la historia de Francia es como si la hubiera vivido. Podría ser guía en Versalles, contando detalles mordaces. Era una civilización en su apogeo, antes del aburguesamiento y las hipocresías que vinieron a continuación". "Me gusta la visión idealizada de Versalles. No quiero saber demasiado sobre la higiene de la época, los orinales y todo eso... ¡No, gracias! Y el calor en verano, el frío en invierno... ¡Qué horror! Diez mil personas vivían en el palacio"... "Soy un antiguo coleccionista. He revendido muchas cosas. No por dinero, sino por falta de espacio. No conservo mucho, aparte de los libros y de mi colección de manteles y de sábanas antiguas de lino". En 2009 pasó de una decoración siglo XVIII a un apartamento ultracontemporáneo. Un cambio radical. "Another spring, another love"/"Otra primavera, otro amor", como cantaba Marlene Dietrich. "Tenía la impresión de que ese estilo XVIII era perfecto para envejecer lentamente, pero hay que cambiar en la vida. Hoy vivo en una caja de cristal esmerilado. Con Choupette, mi gata, y mis libros. No recibo a nadie. A la gente la veo en otros sitios".... " Mi consigna es la frase de Goethe: Hacer un futuro mejor ensanchando los elementos del pasado. Ahí está todo.
Elisabeth Lazaroo. XLSemanal, 1 de octubre de 2017

viernes, 6 de octubre de 2017

Kaufmann cruza la frontera franco-alemana

La pasada no fue una temporada fácil para Jonas Kaufmann (Munich, 1969). Su cuerpo y su voz le dijeron frena. Y frenó....De no haber sido así, los compromisos cruciales que tenía por delante -fundamentalmente, estrenar un papel como el Otello verdiano en el Covent Garden de Londres- no le habrían salido a la altura de lo esperado. Eso es siempre mucho en su caso. Porque el cantante alemán, en plena madurez, ha demostrado hasta ahora ser la figura que, junto al peruano Juan Diego Flórez en otro repertorio, va a marcar claramente esta época de comienzos del siglo XXI tras el binomio que formaron Pavarotti y Plácido Domingo en el pasado. Comienza el nuevo curso con fuerza. Tiene previstas dos paradas en España: una en marzo para cantar Andrea Chénier, de Umberto Giordano, su primera ópera escenificada con el Liceu barcelonés. Y otra en Madrid, donde ha cancelado dos veces un recital previsto y ha encajado una nueva fecha (el 25 de julio). La capital parece torearle:"Una vez me llamaron para sustituir a alguien en La Clemenza de Tito. Me presenté en el Teatro Real pero el cantante se recuperó y no actué". Las otras dos suspensiones se produjeron la pasada temporada, debidas a ese bajón que le trastornó los nervios por puro agotamiento.... En la ópera de París afrontaba la pasada semana el Don Carlo de Verdi en versión francesa. Lo ha ido conjugando con la promoción de su último disco: L'Opera (Sony Classical), todo un homenaje a uno de los repertorios, el francés, en los que últimamente ha entrado con determinación. En su caso como auténtico puente de un eje lírico franco-alemán. "Es curioso como los músicos franceses han explorado la literatura alemana para sus obras. Creo que el resultado es una perfecta fusión de nuestra maner ade ser con la forma de decir que tienen ellos de su lengua". Habla de Goethe, por ejemplo. De su joven Werther en manos de Massenet, o del mito de Fausto visto a la vez por Gounod y Berlioz....
Jesús Ruíz Mantilla. Madrid. El País, martes 3 de octubre de 2017

jueves, 5 de octubre de 2017

Sartre y Camus, nuevo asalto

 
Merleau Ponty, Sartre, Beauvoir y Camus
Sartre y Camus: ambos escritores encarnaron el espíritu del nuevo curso de la Fundación Luis Seoane, Choque de trenes, que contrapone a destacadas figuras literarias célebres por su rivalidad, literaria y, a veces, también personal. Javier Reverte abre las sesiones en A Coruña con un análisis de la personalidad de los filósofos franceses y su lectura particular de dos de sus obras más emblemáticas, La náusea y El extranjero. Seguirán, en octubre y , nuevos combates entre Hemingway y John Dos Passos, a cargo de Ignacio Martínez de Pisón; Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, conducido por José Esteban; y Roger Casement y Joseph Conrad, arbitrado por Eduardo Riestra, coordinador también del curso. En la polémica entre Sartre y Camus, las preferencias de Reverte no son ningún secreto: no en vano ha dedicado al segundo un libro, El hombre de las dos patrias. "Sí, las cosas van por ahí, básicamente por el el argumento fundamental, con el que estoy de acuerdo, de que no hay nada que justifique una muerte", explica el escritor, quien también añade como valor camusiano a reivindicar su irrenunciable compromiso con la democracia, especialmente ahora "que algunos sectores de la izquierda parecen negarla". Los debates y desencuentros públicos de Camus y Sartre pertenecen a otra era: primero, el mundo ya es otro y, segundo, el papel del intelectual se ha transformado. "Eran grandes pensadores pero el mundo en el que vivían estaba volcado en posiciones muy extremas; venían de la Revolución rusa, de las guerras mundiales y la española....su debate ácido se dió durante los años del estalinismo", analiza Reverte. Ambos estaban implicados en una "lucha concreta, de ideas, no de armas, mientras que hoy hay una pasividad. Hay despite en ciertos sectores intelectuales. La filosofía se ha instalado en la perplejidad, no tiene respuestas y además arrastra cierto sentido de culpabilidad, porque en el siglo pasado muchas de sus ideas derivaron en autoritarismo y sangre". En cuanto al papel del intelectual, reverte cree que prácticamente ha desaparecido de la vida social y su prestigio ya no es el de antaño. "No se tiene en cuenta para nada. Y en España este gobierno no deja de atacar a la cultura".
X. Fraga. La Voz de Galicia, martes 26 de septiembre de 2017

miércoles, 4 de octubre de 2017

C'est qui le patron?

Una revolución ha comenzado en las estanterías de los supermercados franceses. Desde noviembre de 2016, la presencia de un bric de leche azul unos céntimos más caro que el resto se multiplica. La razón está escrita en el propio embalaje, en un mensaje sencillo en grandes letras blancas: "Esta leche remunera a su productor con un precio justo." Es la marca C'est qui le patron/¿Quién es el jefe?, la primera concebida enteramente por los consumidores. Durante el verano de 2016, un total de 6.850 internautas galos rellenaron una encuesta con todo tipo de preguntas: desde cuál sería el tipo de embalaje más adecuado hasta qué porcentaje debería percibir el ganadero. El resultado final es un bric que se vende a 99 céntimos, diez por encima del resto de las leches de la misma categoría. Para un consumidor pasarse a C'est qui le patron? supondría entre 4 y 5 euros al año, pero para el productor representa la diferencia entre cerrar su explotación y vivir de su trabajo. Mientras que un ganadero de una marca convencional recibe alrededor de 27 céntimos por litro, la remuneración de los productores de C'est qui le patron? llega a los 39 céntimos, cuatro por encima de los costes de producción. El primer supermercado en apostar por el bric solidario fue Carrefour. En los dos primeros meses se vendieron dos millones de litros. Y la marca ya ha puesto en el mercado otros productos, desde pizzas hasta zumos que pueden encontrarse en más de 8.000 tiendas en toda Francia. Detrás de C'est qui le patron? se encuentra Nicolas Chabanne, fundador de la marca. Esta no es su primera aventura en la producción ética. También es el creador de Les Gueules Cassées/ Las Caras Rotas, que promociona el consumo de las frutas feas y del sello Petit Producteur/Pequeño Productor, que anima a los agricultores a etiquetar sus verduras con su nombre completo, acompañado de una fotografía....
Alexandra F.Coego. París/Corresponsal. La Voz de Galicia, martes 26 de septiembre de 2017