jueves, 30 de noviembre de 2017

La identidad cultural no existe

El filósofo francés François Jullien
"Resulta más fácil movilizar las emociones negativas que atraer la inteligencia", lamenta François Jullien, filósofo francés. Pensar que, por ejemplo, la baguette, el queso y el vino conforman la identidad cultural francesa es una "tontería". La identidad cultural no existe, cree el filósofo y sinólogo francés François Jullien, que ha titulado así su nuevo libro publicado por el sello Taurus y que presentó estos días pasados en Madrid. Jullien, de 65 años, uno de los pensadores más respetados del país galo, no ve sentido a las reivindicaciones identitarias que buscan ahondar diferencias. "Debemos distinguir entre la identidad del sujeto y la identidad cultural. Yo tengo una identidad como sujeto desde mi nacimiento hasta mi muerte. Pero no existe una identidad cultural porque la cultura ni nace ni muere. Las culturas están disponibles para que los sujetos, con su identidad personal, puedan desarrollarse a través de sus recursos culturales, que no es lo mismo. La identidad cultural solo se puede definir con clichés, estereotipos, imágenes fijas, pero, claro, tiene una función ideológica para crear adhesiones. La cultura no es el refugio de la identidad, sino el conjunto de actividades y de recursos que permiten el desarrollo del sujeto. Y esos recursos deben estar disponibles para quienes los quieren explorar y explotar"... "La educación tiene la función de hacer que los ciudadanos puedan acceder a los recursos. No poseerlos, sino acceder a ellos. Y ahí hay algo que debe emanar del Estado, que es la educación. El primer recurso es la lengua, pero actualmente existe una renuncia a una utilización desarrollada de lengua. La clase política francesa emplea una lengua francesa cada vez más pobre, así que me ha encantado que el nuevo Gobierno que encabeza Emmanuel Macron haya abierto el vocabulario porque es mucho más cómodo manipular a la gente con eslóganes que hacerlos reflexionar  con pensamientos articulados"... François Jullien afirma que el auge del nacionalismo que vive Europa se explica en la utilización perniciosa de los afectos y el miedo. "El nacionalismo apela a la conciencia identitaria y por tanto al afecto, a la emoción negativa, al miedo como capacidad de movilizar a la colectividad... Creo que España tiene una ocasión única para reflexionar sobre sí misma"...
Álvaro Soto. Madrid. La Voz de Galicia, lunes, 6 de noviembre de 2017 

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Francia frente al Independentismo de ultramar

Centro cultural Tjibaou en Nouméa, Nueva Caledonia.
Con la mirada puesta en Cataluña, Francia aborda estos días sus asuntos territoriales más delicados con prudencia. El pasado jueves, el Elíseo firmó un "acuerdo político" con Nueva Caledonia que da luz verde a un referendo de independencia de aquí a un año. El archipiélago del sudeste pacífico, a 16.740 kilómetros de Europa, lleva bajo dominio galo desde 1853. Asimismo en los próximos 3 y 10 de diciembre, Córcega celebrará elecciones territoriales para decidir quién liderará la región a partir de enero, fecha en la que los departamentos de Alta Córcega y Córcega del sur se unificarán. En el 2015 ganó la coalición nacionalista formada por los partidos Femu a Corsica y Corsica Libera, este último con ambiciones independentistas. Pese al empuje secesionista en Cataluña,  el gobierno de Emmanuel Macron insiste en que las situaciones son distintas. Es el caso de Nueva Caledonia, de una superficie de 18.575 kilómetros y poco más de 250.000 habitantes, el ejecutivo defiende que se trata de un contexto de descolonización, con un proceso consensual que culminó con el acuerdo firmado por ambas partes recientemente. Además la organización de la consulta contará con el acompañamiento de la Naciones Unidas para controlar el censo electoral y asegurar una observación internacional de los comicios. "Es un punto de partida para una consulta que queremos que sea fiel e incontestable", dijo el primer ministro Édouard Philippe a la salida de la reunión. El referendo supondrá el punto álgido de un proceso que se inició en 1988 con los acuerdos de Matignon, los cuales pusieron fin a las violencias entre independentistas y anti independentistas con la determinación de una consulta en 1998. Diez años más tarde, los acuerdos de Nouméa (capital del archipiélago), retrasaron el traspaso de poderes desde París a Nueva Caledonia en un período de tiempo que iba del 2014 al 2018. Tras las últimas negociaciones, Philippe insistió en un "destino común" y no descartó la creación de un Estado asociado similar al de Nueva Zelanda. En cuanto a Córcega, Gilles Simeoni, líder nacionalista y copresidente  de la Asamblea corsa con el independentista Jean-Guy Talamoni, destacó un "contrato político claro", en el cual "la independencia no está en el orden del día". Pero Talamoni, que reconoció la independencia de Cataluña, precisó que no lo estará, tan solo  "en los próximos diez años". 
Alexandra F, Coego. París/Corresponsal. La voz de Galicia, sábado, 4 de noviembre del 2017.

martes, 28 de noviembre de 2017

Modigliani, un italiano en París



El casi centenar de modiglianis que la Tate Modern londinense desplegará del 23 de noviembre al 2 de abril encarnan el atractivo de reunir algunas de las obras icónicas de una firma inclasificable, cuyos retratos de rostros ovalados, cuellos estilizados y ojos sin pupilas son hoy inmediatamente reconocibles. La mayor retrospectiva que Reino Unido ha dedicado  a Amadeo Modigliani (1884-1920) toma como leitmotiv la forja de su trabajo en un París capital del arte moderno para exhibir cuadros -incluidos algunos de sus famosos desnudos- que trastocaron la noción figurativa de la pintura. "Modigliani era italiano y eso marca su identidad, pero se convirtió en el artista que hoy conocemos gracias a su traslado a París", subraya la comisaria, Nancy Ireson, sobre el personal lenguaje que este hijo de una familia judiosefardí de Livorno experimentó y desarrolló en su singladura parisina. Con la salud quebrada por la tuberculosis que contrajo en su adolescencia, un joven de 21 años quiso trasladar su ambición al faro de las vanguardias, donde absorvió las influencias del cubismo, el fauvismo o los tanteos expresionistas para acabar creando un estilo propio. Su trazo se relaja con pinceladas menos definidas que suponen el abandono de una forma más pulcra y tradicional de pintar, en el desfile de retratos que ejecutó de los artistas, poetas, músicos y actores de su círculo de Montparnasse y de Montmartre. Modigliani pinta entre otros muchos a Juan Gris, a Brancusi, a Picasso, de quien dijo: "Siempre va diez años por delante de todos nosotros". Reflejo de esa admiración. estampó junto al rostro del creador malagueño la palabra savoir/saber".
Picasso le devolvió el cumplido sentenciando que "solo hay un hombre que sabe vestirse, y ese es Modigliani". El comentario socarrón aludía al éxito del apuesto italiano entre las mujeres...
Sus trabajos más renombrados y provocadores están en esa colección de desnudos que muestra a la mujer como sujeto erótico que controla su sexualidad y que en el París supuestamente rupturista de 1917 le mereció la censura por la exposición sin recato del pubis. Cien años más tarde, su Desnudo acostado (1917-1918) acabaría suponiendo uno de los hitos de Christie's, que lo subastó por 158 millones de euros en 2015. 
El museo londinense ha conseguido reunir para esta ocasión 12 de esos desnudos, en los que la sensualidad de las modelos que buscan el contacto visual con el espectador sugiere los cambios en ciernes en la vida de unas mujeres progresivamente más independientes. Procedentes de préstamos de todo el mundo, la Tate exhibe también un grupo de nueve esculturas que ilustran esa otra pasión que tuvo el autor por trabajar la piedra. 
La retrospectiva arranca y concluye con sendos autorretratos. En el primero, se pinta como un pierrot entre romántico y melancólico, un joven que está perfilando su identidad. El segundo, ejecutado un año antes de su muerte, muestra al autor paleta en mano, confiado y seguro de sí mismo y de su arte. Es el Modigliani ante el que se ha rendido la posteridad
Patricia Tubella. Londres. El País, miércoles 22 de noviembre de 2017

lunes, 27 de noviembre de 2017

El fiel

Entre el cine de acción y el drama romántico,  El fiel narra el trepidante romance que surge entre Gigi, un tipo que esconde una realidad llena de peligros bajo su aparente normalidad, y Bibi, una chica de clase acomodada aficionada a pilotar bólidos de carreras. A él lo encarna Matthias Schoenaerts, visto en De óxido y carne, que es el actor fetiche del director del filme, Michaël R. Roskam, cineasta belga conocido por los aficionados sobre todo por su incursión en el cine independiente americano con La entrega, otra trama en la que se mezclaban la turbiedad del delito con una historia de amor. A ella le da vida Adèle Exarchopoulos, la intérprete francesa de origen griego lanzada al estrellato por La vida de Adèle. "La película une las tradiciones del cine negro americano y francés", describe Roskam. "Es el cruce de Heat, de Michael Mann, con Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch. Pero aquí, a diferencia de Heat, la historia de amor se convierte en el sol mientras que los crímenes son lunas que giran a su alrededor. La cinta ha sido seleccionada por Bélgica para competir  por el Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa.
Juan Pando. El Mundo, 24 de noviembre de 2017

domingo, 26 de noviembre de 2017

Paisajes de Francia en Cineuropa

En esta edición, la 31, del Festival de Cineuropa que se celebra en Santiago de Compostela, en noviembre, la presencia del cine francés ha sido, como de costumbre, muy importante. No sólo por el número de filmes franceses, 15, todos de 2017, presentados en la Sección Oficial, sino también por el interés de algunos otros, igualmente de firma francesa, que se presentan en otras secciones a los que se refiere el director del Festival, José Luis Losa, en la presentación del catálogo: Dentro de la Sección Oficial, el estreno de Napalm, el último trabajo de Claude Lanzmann, en el que reconstruye su aventura por la Corea del Norte de la Guerra Fría; el filme de Joao Moreira Salles, No intenso agora/En el intenso ahora, en el que, con material de  archivo, reconstruye todos los 68, entre ellos París, presentado en el apartado, Programa especial RFG. José Luis Losa, en ese texto que abre el catálogo, dentro de la sección Sombras Recobradas, destaca un espacio especial dedicado a Claude Sautet, con la proyección de cinco de sus obras. Agradezco desde leer y tejer la generosidad del responsable del festival demostrada hacia el cine francés,  que año tras año nos permite al público de esta ciudad y en particular a los amigos de lo francés disfrutar de su actualidad y de algunas joyas del pasado.

De tan rica oferta solo he visto hasta hoy: Pays de la canadiense  Chloé Robichaud, Happy end de Haneke, Un beau soleil intérieur de Claire Denis, Madame Hyde de Serge Bozon, Barbara de de Mathieu Amalric, Le sens de la fête de Éric Toledano (presentado en España como C'est la vie), L'atelier d'écriture de Laurent Cantet. Pendiente de ver este lunes Les Fantômes d'Ismaël de Arnaud Desplechin. De estas películas, citadas por el orden cronológico en que las he visto. me gustaría abordar tres de ellas teniendo en cuenta el lugar donde se desarrollan, donde las han situado sus respectivos directores. Una invitación a un viaje que empieza en Calais  (Happy end), pasa por Oullins, cerca de Lyon, (Madame Hyde) para terminar en Marseille (L'atelier d'écriture).

sábado, 25 de noviembre de 2017

"Palais de Justice", Bruxelles

Poelaert era un artista insomne... Le habían pedido
una obra colosal y le salió una pesadilla.
El viernes estaba pendiente de la declaración de Carles Puigdemont ante el juez en Bélgica y, como tantas veces, acabé fijándome en lo accesorio. La retransmisión en directo mostraba el Palacio de Justicia, ante el que yo paseaba casi todos los días cuando vivía en Bruselas. Me fascinaba ese edificio inmenso, desmesurado, siempre envuelto en andamios, inquietante. El Palais de Justice (o Justitiepaleis, en flamenco) es la gran obra de Joseph Poelaert, quien, según la leyenda, murió loco. Fue el mayor edificio que se construyó en el siglo XIX, y aún hoy es el mayor de Bélgica. Me interesa el alma de los lugares y este tiene un espíritu particularmente atormentado. Poelaert era un artista insomne y con el Palais de Justice parece que se le fue la mano. Le habían pedido una obra colosal y le salió una pesadilla.
 El resultado es este mastodonte que domina la ciudad, más como una amenaza que como una promesa de protección. Desde la Rue de la Régence parece King Kong batiéndose el pecho. A Freud, que de deseos ocultos sabía algo, le parecía que "tenía algo de asirio y de babilónico", y es cierto que hay en él algo opresivo, más el templo de un dios vengativo que un monumento a la legalidad ilustrada. A Hitler le entusiasmaba, y su arquitecto Speer lo tomó como un modelo para las futuras obras del Reich. Orson Welles pensó en rodar allí su versión de El proceso de Kafka, aunque las autoridades belgas no lo permitieron.
 Mi teoría es que todo esto se debe al lugar en que se levantó, en la colina de Galgenberg. Este había sido el lugar en el que antiguamente se ahorcaba a los criminales. Además, el tamaño del edificio llevó a expropiar terrenos en el vecino barrio de Les Marolles, "unas calles llenas de socialismo y vicio", como decía la prensa de la época. El propio Poelaert vivía allí. Los vecinos le llamaban en dialecto bruselense, Skieven Architet, el arquitecto malvado y escupían a su paso. Todavía hoy, en este barrio popular, "arquitecto"se emplea como insulto. También se dice que los gitanos de Les Marolles maldijeron al constructor en una ceremonia solemne, y que por eso murió loco.
En realidad Poelaert no murió loco, únicamente murió solo. Pero es difícil contemplar el edificio sin sentir una opresión en el pecho, una sensación inquietante. Basta con saber que en el lugar donde ahora se celebran las vistas y se dictan sentencias, colgaban durante días, al sol y al frío, los condenados sobre una flora de mandrágoras. Y si les preguntas, los ujieres te dicen que es verdad, que el edifico está maldito: es imposible vigilar todas sus puertas y recovecos, y se han dado muchos casos de fugas de prisioneros. Algunos han logrado esconderse en el laberinto de pasillos y escaleras y se ha tardado días en encontrarlos. La justicia cuando es tan grande está llena de agujeros. Recuedo que en el 2010 un hombre descontento con una decisión judicial se presentó en las dependencias del Palacio de Justicia armado con un hacha y una pistola, descerrajó un tiro en la cabeza a la jueza en plena sala de audiencias, y se dió a la fuga sin que nadie fuese capaz de detenerle. La crónica que leí entonces en Le Soir decía que en la sala "quedó flotando un fuerte olor a azufre", como si se sospechase del diablo mismo.
Al verlo otra vez el viernes en televisión volví a pensar lo que pensaba siempre cuando lo contemplaba en persona: que el Justitiepaleis de Bruselas es una metáfora de la justicia humana. Qué es lo que quiere decir la metáfora, eso ya no lo sé.
Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, domingo 19 de noviembre de 2017

viernes, 24 de noviembre de 2017

Todas las batallas de Étienne Daho

 Étienne Daho
DANDI, DISCRETO, CHIC, secreto... Son algunos de los adjetivos que suelen acompañar al cantante y actor Étienne Daho (Orán, 1956). Desde sus primeros álbumes en los ochenta, sus canciones han guiado el pop francés siguiendo la estela de nombres como Serge Gainsbourg, Françoise Hardy o Jacques Dutronc, en esa sabia mixtura de ligereza y elegancia musical. El músico regresa con nuevo disco de título belicoso Blitz (Virgin/Universal), bajo acentos psicodélicos, ritmos hedonistas y momentos para el Daho más melancólico. A este lanzamiento le sigue la exposición Daho l'aime pop, en la Cité de la Musique de París a partir de diciembre, que recorrerá la canción popular francesa a través de la mirada fotográfica del artista. 
Carles Gámez. El País Semanal, 11 de noviembre de 2012

jueves, 23 de noviembre de 2017

Celebración de París

José Vidal Beneyto tenía cuatro patrias al menos: su tierra natal, Valencia, sus naranjos, el patio de su infancia; España a la que dedicó desvelos democráticos cuando había que arriesgar vida y libertad; este periódico, al que se entregó como una criatura propia. Y París, la luz del mundo para él. Murió en marzo de 2010, a los 82 años. Tiempo antes de ingresar en el hospital en el que falleció, explica su viuda, Cécile Rougier-Vidal, dejó "sobre su mesa de despacho", en París, un manuscrito que se titulaba Celebración de París, con esta inscripción: "Hecha una última lectura y corrección el 10-1-2010". Este libro fue el último suspiro de un entusiasmo, que lo llevó a la universidad, como estudiante, como activista y como catedrático; a la acción política, como partícipe en lo que se llamó el Contubernio de Munich para precipitar la apertura y posterior destrucción del régimen de Franco, y como miembro de la Junta Democrática, el último eslabón de las sucesivas transiciones que precedieron al fin de la dictadura. Como socio fundador de este periódico, lo estudio a fondo, debatió con él y colaboró en sus páginas sin desmayo. París fue la capital de su entusiasmo. Y resulta simbólico que sea ese libro póstumo el que ahora sirva en Madrid (se presenta esta tarde en el Círculo de Bellas Artes) para reunir a sus amigos celebrándole a él. La luz de París sobre la luz de Pepín, que así lo conoció todo el mundo. La edición la preparó su viuda; la llenó de fotos de la ciudad que lo amparó en el exilio y después; se le ve en plazas, en librerías  y en conferencias, con su bufanda de los inviernos y con su risa y su circunspección de niño grande feliz de vivir con otros. Le faltó escribir la introducción. Para ello contó Cécile con la contribución de otro español enraizado en la obsesión por su país de origen, Juan Goytisolo. Dice Cécile: "Al anclar Juan Goytisolo este libro  en los últimos atentados de París de noviembre de 2015, le injerta las fuerzas vivas del presente, y también la resistencia cultural de las que nunca se descolgó José Vidal Beneyto". Celebración de París ha sido publicado por la Universidad de Valencia. Federico Mayor, Carlos Berzosa, Carlos Moya, Basilio Baltasar; Carlos María Bru y la viuda estarán en el panel que glosará la figura de Vidal-Beneyto.
Juan Cruz.Madrid. El País, miércoles 22 de noviembre de 2017

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Insignia de oro de la USC para Armand y Michèle Mattelart

Michèle y Armand Mattelart
El rector Juan Viaño impondrá hoy la insignia de oro de la USC (Universidad de Santiago de Compostela) a Michèle y Armand Mattelart, reputados investigadores en el ámbito de la comunicación, y que se concede a aquellas personas físicas que sobresalgan de un modo especial en los servicios prestados a la institución compostelana... Michèle y Armand  Mattelart participan en Compostela en el Congreso Internacional de la Asociación Gallega de Investigadores en Comunicación que termina hoy y que se celebra con el lema Alén das fronteiras: redes de diversidade/Más allá de las fronteras: redes de diversidad y cuya inauguración presidió ayer el vicerrector de Oferta Docente Innovación Educativa, Roberto López. El reconocido sociólogo y catedrático de Ciencias de la Información y Comunicación de París VIII Vincennes-Saint Denis, Armand Mattelart, pronunció la conferencia inaugural titulada Redes de vixilancia... En la jornada de hoy , Michèle Mattelart será presentada por la profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona Rosa Franquet. Su conferencia lleva por título Género e investigación. Lo viejo y lo nuevo. "Lo que me propongo hacer es retrasar la evolución de las corrientes de pensamiento para descifrar la investigación y la temática del género, empezando por algo que me parece interesante: la diferencia de denominación. Porque cuando las mujeres de mi generación empezaron a tratar este tema se hablaba de mujeres y comunicación o mujeres y medios. Ahora se habla de género y no es lo mismo. Es interesante conocer el rechazo de concebir a la mujer como un sujeto universal cuya definición estaría basada en algo inalterable que depende de la naturaleza y de la biología"...
Victoria Rojas y María Valderrama. El Correo Gallego, martes 21 de noviembre

martes, 21 de noviembre de 2017

El exilio del impresionismo


Una muestra en la Tate Modern reúne las obras que maestros como Monet o Pissarro realizaron en su estancia en Gran Bretaña. Las casas del Parlamento de Westminster  sede del poder en el Reino Unido, deben su imagen probablemente más famosa a la visión de un extranjero con pasaporte francés. Claude Monet convirtió ese palacio a las orillas del Támesis en un obsesivo y multicolor objetivo artístico que encabeza una exposición en la Tate Britain londinense dedicada a los trabajos de un grupo de artistas galos exiliados temporalmente en la capital británica. Hoy los reconocemos en sus nombres como integrantes del movimiento impresionista  precursores del arte moderno. "Cualquiera pensaría que nunca ha habido pintores en París", escribió el crítico de arte Théodore Duret en 1872, a raíz de la huida masiva de miles de nacionales, entre ellos muchos artistas, de los estragos de la guerra franco-prusiana que había arrancado un año antes. En aquella época ninguno tuvo que afrontar las restricciones que hoy en día se temen tantos ciudadanos europeos en la era del Brexit: todos fueron acogidos sin más por los prósperos británicos, dispuestos a abrazar las influencias externas que sumaban enteros. En su desembarco buscaron el amparo de las redes establecidas por otros expatriados, al tiempo que comenzaban a tantear un paisaje urbano y social muy distinto del propio y acabaron explorándolo en una variedad de trabajos. Un centenar de obras conforma el relato que la Tate Britain traza sobre esos artistas refugiados bajo el título Impresionistas en Londres, hasta el 7 de mayo de 2018. De la fijación de Camille Pissarro por el perfil rural de los suburbios de la capital o el trazado urbanístico  de casitas pareadas a los cuadros en los que Jacques Joseph Tissot retrata los juegos sociales de las clases británicas más pudientes, pasando por la fascinación común del mismo Pissarro, de Alfred Sisley y sobre todo de Monet por lo que acontecía en la ribera del Támesis y su envoltura nebulosa... Lejos de la luz que tanto inspiró a los impresionistas en su Francia natal, Claude Monet se dejó seducir en su corto exilio por la perenne niebla londinense de entonces y los efectos atmosféricos en el Támesis. Muchos años más tarde, el casi sexagenario y ya reconocido artista, quiso regresar de nuevo a esas "impresiones del pasado". Durante tres inviernos consecutivos (1899-1901) se instaló en el hotel Savoy para consagrarse a un recorrido por aquel río a través de una serie de lienzos en los que trabajó simultáneamente, y entre los que sobresale la colección centrada en las casas del Parlamento de Westminster. El despliegue de la Tate Britain ha conseguido reunir seis de los cuadros de ese grupo, hoy dispersos por Estados Unidos, Francia y Alemania, en el que es el punto más fuerte de la exposición. Su autor eligió para concluirlos el año 1904  en que Gran Bretaña y Alemania firmaban el fin de sus escaramuzas y conflictos con la Entente Cordiale. Todo un simbolismo.
Patricia Tubella. Londres. El País, 6 de noviembre de 2017

lunes, 20 de noviembre de 2017

"La Villa" arranca un noviembre de cine

Anaïs Demoustier, Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Serge Meylan 
dans "La Villa" de Robert Guédiguian. (Copyright Diaphana distribution)
Cineuropa escoge a uno de sus directores icónicos, Robert Guédiguian, para iniciar la edición 31. Tres hermanos se reúnen en la casa familiar, en una pequeña bahía cerca de Marsella, para acompañar a su padre en sus últimos días. Se suceden las reflexiones sobre el fracaso de los sueños y los ideales, pero también sobre la necesidad de seguir luchando, de continuar construyendo un mundo mejor. Eso es La villa, el film de Robert Guédiguian que dió inicio a la edición número 31 de una cita ineludible en los noviembres compostelanos: el festival Cineuropa. La cinta se proyecta durante la ceremonia de inauguración del festival que comienza a las 20 horas en el Teatro Principal y será conducida por su director, José Luis Losa. Será la apertura formal de un festival cuyos proyectores, sin embargo, estarán a pleno rendimiento desde las 17 horas. Pero no sólo de Principal se nutre Cineuropa. El CGAC y la sede de Afundación estarán ofreciendo películas desde la primer ahora de la tarde. El centro de arte acoge la primera sesión dedicada a Novecento: o século das revolucións, mientra que Afundación exhibe dos películas de culto: Nubes de mayo, de Nuri Bilge Ceylan y Where the buffalo roam, de Art Linson. A las 22.30, le toca el turno al Salón Teatro, donde podrá verse Geu-Hu (The day after) de Honf Sang-soo. La Real Filharmonía de Galicia también participa en el festival de Cineuropa poniendo música en directo a las películas Carmen, de Cecil B. DeMille y Parodia de Carmen. de Charles Chaplin, en el Auditorio de Galicia....
redac.santiago@lavoz.es. La voz de Galicia, martes 7 de noviembre de 2017

domingo, 19 de noviembre de 2017

Le Havre bulle de cultura, 2

En primer plano el espacio Niemeyer y al fondo la iglesia de Saint Joseph
Las rutas tienen en común su punto de partida, el sugerente Volcán que diseñó Oscar Niemeyer y que ahora alberga uno de los centros culturales más influyentes de Francia. El primero de estos recorridos resalta el diseño urbano original de Auguste Perret a través de sus elegantes avenidas y algunos de sus edificios más emblemáticos, como el Hôtel de Ville o la hermosa iglesia de Saint Joseph, cuyo interior ha redecorado la japonesa Chiharu Shiota o su propio estudio, que contrastan con las grandilocuentes instalaciones de Stéphane Thidet (Impact, en forma de aguas en el Bassin du Commerce), de Lang/Baumann (UP#3, prolongando la Porte Océane) y de Karel Martens, que durante el verano ha utilizado las cabinas de baño de la playa como un inusitado lienzo para terminar llenándolas de color. Un buen sitio para darse un homenaje después de contemplar este espectáculo es Au Caid, en el 123 de la rue Victor Hugo, uno de esos cafés-restaurante con alma y estilo propio que surge en ciudades marineras como Le Havre. Desde su terraza se ve el Volcán de Niemeyer, pero lo mejor se esconde en un interior que no se ha modificado desde los años 50, cuando fue declarado edifico de especial relevancia... La segunda ruta descubre el camino que conduce tanto al puerto como al otro gran centro cultural de Le Havre: el MUMA o Museo del Arte Moderno André Malraux, uno de los museos más fascinantes de Francia que durante el verano ha albergado la mayor retrospectiva dedicada a Pierre et Gilles y donde el pasado 9 de septiembre se inauguró una muestra en torno al famoso cuadro de Monet. Después de recibir múltiples donaciones  - como las 240 obras de Eugène Boudin que cedieron sus herederos; el legado de Charles Auguste Marande, riquísimo en obra impresionista; o el no menos generoso regalo de la familia Senn-Foulds-, esta institución se ha convertido en el segundo museo de Francia después del Orsay, especializado en arte francés de finales del siglo XIX. Es, además, el lugar perfecto desde donde preparar un viaje por su territorio circundante de la mano del impresionismo.
Hay nada menos que doce itinerarios perfectamente señalizados que permiten conocer hasta qué punto este rincón de Francia inspiró a tantísimos artistas. De Rouen a Giverny pasando por gran parte de la costa normanda, se suceden los paneles que reproducen las obras que realizaron in situ figuras como Courbet, Whistler, Caillebotte y Manet además de Claude Monet, el más carismático pero también el más prolífico de su generación.
Por su parte el tercer recorrido nos lleva a través de escaleras y pintorescas callejuelas a Tourneville, una zona alta que sobrevivió a los bombardeos y que ahora se puede alcanzar no solo a través de escalones, sino también utilizando un flamante funicular. Es un barrio muy curioso donde se han instalado muchos artistas en el entorno de una antigua fortaleza del siglo XIX. Para terminar, se propone al viajero conocer lasa ciudades flotantes que existen en el interior del espacio urbano, recordando las múltiples actividades que la ciudad ha desarrollado en torno al comercio marítimo a través de sugerentes instalaciones como los Jardines Fantasmas de Baptiste Debombourg, en el Bassin du Roy; o las obras de Julien Berthier, en forma de un gigantesco retrovisor o de un sugerente barco a punto de hundirse. A dos horas de París, y con cerca de mil doscientos amarres, Le Havre se considera el puerto deportivo de la capital francesa, siendo además el único de la bahía del río Sena, con aguas profundas y una accesibilidad total durante las 24 horas del día. La zona se ha llenado de nuevos edificios que, de alguna manera, retoman el legado de Perret y Niemeyer. Ahí está la nueva sede de la Cámara de Comercio que se asoma al Bassin Vauban, diseñado por René Dottelande; de la Escuela Nacional Superior Marítima en forma de de proa de barco, o la ingeniosa Cité des Docks, creada para alojar a universitarios. Capítulo aparte dentro de la arquitectura que se ha desarrollado en este universo marino merece Les Bains des Docks/El Balneario de los Muelles, un proyecto extraordinario con el sello de Jean Nouvel que incluye una de las piscinas olímpicas más originales de Francia, así como un irresistible conjunto de delicias acuáticas al que cualquiera puede acceder por menos de cinco euros...
Javier Mazorra. El Mundo, 31 de octubre de 2017

sábado, 18 de noviembre de 2017

Le Havre bulle de cultura

No se parece a ninguna otra población de Francia, recordando más a Brasilia o a Chandigarh,  la ciudad que diseñó Le Corbusier en la India. Y ahora, cuando celebra sus primeros 500 años, su alcalde Edouard Philippe quiere darla a conocer al mundo a través de un ambicioso programa cultural. No debe ser casualidad que este hombre visionario haya sido nombrado Primer Ministro por el nuevo presidente galo Emmanuel Macron. Entre sus logros destaca haber transformado esta pequeña metrópoli de Normandía de apenas 175.000 habitantes, en una de las ciudades más curiosas e intrigantes del país, un lugar que sin duda vale la pena descubrir. Al contrario de otras muchas urbes cuenta con un certificado de nacimiento. Se sabe con certeza que fue fundada el 8 de octubre de 1517 como Franciscópolis en honor a su fundador Francisco I, aunque muy pronto todo el mundo la conocería como Le Havre de Grâce (El Puerto de Nuestra Señora de Gracia) y, ya en época moderna, simplemente como Le Havre. Su situación en la desembocadura del Sena no puede ser más estratégica, al ser un río navegable que comunica directamente con París y al mismo tiempo encontrarse en la costa atlántica, abierta a múltiples influencias y al comercio marítimo con el resto del mundo. Después de más de cuatro siglos de prosperidad y de haber inspirado a Claude Monet su emblemático cuadro Impresión, sol naciente (1872) que daría nombre al Impresionismo, su historia dió un vuelco cuando, entre el 4 y 5 de septiembre de 1944, tanto su puerto como su centro histórico fueron totalmente destruidos por la aviación de las Fuerzas Aliadas. Pero tal como le ocurrió al Ave Fénix, renacería de sus cenizas convertida en una ciudad contemporánea modelo que, en 2005, sería declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Los motivos: ser un ejemplo excepcional del urbanismo posterior a la II Guerra Mundial y su explotación novedosa del potencial del hormigón, teniendo como máximos artífices a los arquitectos Auguste Perret y a Oscar Niemeyer. Pero necesitaba de un demiurgo que la diera a conocer. Y parece que lo ha encontrado en Jean Blaise, uno de los grandes animadores de la cultura francesa, al haber revalorizado la absoluta originalidad de su espacio urbano, proponiendo cuatro paseos a través de los cuales se puede descubrir lo mejor de Le Havre y las espectaculares instalaciones que se han encargado a una veintena de artistas para enfatizar aún más sus atractivos...  
Javier Mazorra. El Mundo. 31 de octubre de 2017

viernes, 17 de noviembre de 2017

Jean-Luc Ponty & his band

El violinista Jean-Luc Ponty

El violinista Jean-Luc Ponty mostró el sólido sonido de su banda en un concierto muy concurrido en el Fernán Gómez de Madrid, el pasado 8 de noviembre, dentro del Festival JAZZMADRID. La música de la banda de Jean-Luc Ponty encuentra raíces en la de todas las formaciones de jazz-rock que, durante los primeros años setenta, frecuentó el músico. Todas han sido influencias que han terminado por conformar un original preparado sonoro que proporciona consistencia a un espectáculo de radiante atractivo y belleza. Elementos de rock, por supuesto de jazz, y aún, ingredientes muy variados de folklore del mundo, confluyen en la original propuesta de esta formación cuyo núcleo central sustenta el maestro Ponty en el violín, y William Leconte en piano y teclados. Luego, alrededor de este aventurero dúo, nos encontramos con el diestro arte de nunca marcar las pautas rítmicas del bajo de Swaeli Mbappe, y la batería de Damien Schmitt. Tanto en disco como concierto, Jean-Luc Ponty desafía lo previsible. En su aclamada actuación del 8 de noviembre se veía que estos músicos creen en lo que hacen, y el público se identificó inmediatamente. Disfrutes como recuperar aquel Viaje imaginario de mediados de los 70, o el ofrecido duo con Leconte en el piano, en In the kingdom of peace, valieron por todo el concierto. Esta gente, que va por la vida a su aire, sin seguir tendencias, cae bien a la primera. Hacen música de cualquier momento, de cualquier lugar, de lo que florece orilla arriba y orilla abajo del mundo.
www,festivaldejazzdemadrid.com, 9 de noviembre de 2017

jueves, 16 de noviembre de 2017

Vuillard gana el Goncourt

Eric Vuillard
El escritor Éric Vuillard se alzó con el Goncourt, el más importante de las letras francesas, por L'ordre du jour, donde relata el ascenso de Hitler y los primeros días de los nazis en el poder en 1933. No figuraba como favorito, pero el jurado, presidido por el crítico literario Bernard Pivot, lo escogió por encima de otros tres finalistas: Yannick Haenel, Véronique Olmi y Alice Zeniter. Nacido en Lyon hace 49 años, Vuillard se consagra con su octava novela, un relato histórico que Tusquets publicará en castellano en 2018. Hitler, que acaba de convertirse en canciller alemán  en enero de 1933, convoca a 24 dirigentes de empresas como Opel o Siemens para pedirles que financien a los nacionalsocialistas. Todos obedecen, pensando en espantar a los comunistas y beneficiarse de una nueva era de prosperidad. Vuillard señala los peligrosos mecanismos del olvido. Esas mismas empresas, escribe, siguen fabricando "nuestros coches, nuestras lavadoras y nuestros productos de limpieza". Mezclando la historia con anécdotas, Vuillard reconstruye los primeros días del Tercer Reich en un relato breve (160 páginas), pero intenso para el que se documentó con imágenes de archivo, propaganda, escritos de los nazis y transcripciones de los juicios de Nüremberg. "La historia es otra manera de observar el presente. El mundo de hoy es radicalmente distinto del de los años treinta. Y, sin embargo, las coordenadas se parecen. Somos testigos de un ascenso de la autoridad y del racismo, y de la fuerte influencia de las finanzas y de un empeoramiento de las desigualdades", explico Vuillard a el diario Le Figaro. "Con este libro, he querido seguir el desarrollo de los términos medios, las palabras razonables, las negociaciones entre personas responsables que permitieron que se instalara el fascismo", añadió. Admirador de Tolstoi, Zola y Sartre, el escritor suele reinterpretar para describir nuevas aristas. Su mayor éxito es Tristesse de la terre, donde reexaminaba a Buffalo Bill como símbolo de la sociedad del espectáculo. El premio Renaudot fue a parar a otra obra sobre el Tercer Reich: La disparition de Josef Mengele, de Olivier Guez, que reconstituye la historia del jefe de los médicos de Auschwitz.
Álex Vicente, París. El País, martes 7 de noviembre de 2017

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Un proyecto con acento muy gallego

La fuente de Luz de Ai  Weiwei
Macron inaugura el Louvre de Abu Dabi, un proyecto con acento muy gallego. Nace con la voluntad de unir las culturas de Oriente y de Occidente. El innovador complejo es obra de la constructora del Grupo Sanjose. El presidente francés, Emmanuel Macron, participó en la inauguración del Louvre de Abu Dabi, en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, donde destacó que este importante centro de la cultura y las artes que surge en el desierto es "un mensaje contra todos los oscurantismos". "En el momento de la apertura del Louvre Abu Dhabi, recuerdo una frase que podría definir lo que hoy nos une:"la belleza salvará el mundo", de Dostoievski, dijo Macron.... El proyecto fue desarrollado por la constructora gallega Sanjosé con ayuda de las empresas Arabtec y Oger Abu Dhabi LLC. Contó con un presupuesto inicial de 570 millones de euros y busca convertirse en una de las principales atracciones no solo de Emiratos sino de todo Oriente Medio.  El arquitecto Jean Nouvel y el gobierno de los Emiratos Árabes confiaron a Construcciones Sanjose este complejo museológico formado por edificios, pabellones, plazas, pasillos y canales que evocan a una ciudad flotante sobre el mar inspirado en la arquitectura árabe tradicional. Destaca su Domo de 180 metros de diámetro, que da la impresión de estar suspendido en el aire y que provoca una "lluvia de luz" que inunda todo el Museo. Son treinta edificios en una superficie total construida de 64.000 metros cuadrados, de los que 9.200 son galerías de arte.... Entre las piezas "estrella" del museo emiratí se encuentra una estatua del rey egipcio Ramsés II (1279-1213 a.c.); la Cabeza de Buda (534-550 d.c.), páginas del Corán Azul (880 d.c.), un autorretrato de Vincent Van Gogh (1887 d.c.) o La fuente de luz de Ai Weiwei (2016).
Marta Pérez Cruzado. Abu Dabi. El Correo Gallego, viernes 10 de noviembre de 2017 

martes, 14 de noviembre de 2017

Las pipas y bombines de Magritte invaden Bruselas

Los amantes de Magritte. 1928
René Magritte pintó la serie La traición de las imágenes entre 1928 y 1929. Allí representaba una pipa de fumar con la inscripción Ceci n'est pas une pipe/esto no es una pipa, un juego con el que el artista rompía para siempre con la relación entre imagen y concepto. La imagen que se encuentra entre las icónicas del arte del siglo XX, es una de las joyas del museo californiano Lacma, donde no han dudado en prestar la obra para el gran homenaje que Bélgica dedica al maestro surrealista para conmemorar los 50 años de su fallecimiento, el 15 de agosto de 1967. La primera de las grandes exposiciones previstas se abrió el viernes 15 de octubre y se podrá visitar hasta el 18 de febrero. Bajo el título Magritte, Broodthaers y el arte contemporáneo se muestran en los Museos Reales de Bellas Artes, en Bruselas, 150 obras en las que se habla del surrealismo y su influencia a través de 49 pinturas de Magritte, 50 de su amigo Broodthaers y el resto de autores considerados como sus herederos: Andy Warhol, Jasper Johns o Robert Rauschenberg. La muestra está conectada con el Museo Magritte, entre ambos conjuntos y lo que se exhibe en otros céntricos edificios como su casa museo, se puede decir que toda la ciudad es una performance dedicada al artista. Michel Draguet, director del museo y comisario de la exposición explica que su intención ha sido recordar al mundo cómo Magritte desligó ñas imágenes de lo que representaban para dar paso al misterio y a la poesía. A la vez se muestra el peso de este artista surrealista en el arte del siglo XX y en lo que va del XXI. "No creo escuela ni tuvo seguidores", afirma Draguet. "Transmitió a los demás una forma única de romper con lo establecido. Escribió que su pintura consistía en difundir imágenes desconocidas a partir de lo conocido. En sus cuadros no hay respuestas. Solo hay preguntas. Así revolucionó el mundo del arte. Objetos tan cotidianos como sombreros, paraguas, guantes o lunas y nubes remiten a mundos ligados a nuestros pensamientos más ocultos"... 
Ángeles García. Bruselas. El País, viernes 13 de octubre de 2017

lunes, 13 de noviembre de 2017

Palma de Oro en Cannes

Elisabeth Moss y Ruben Östlund
Ruben Östlund es el director de The Square/La Plaza, la película ganadora de la Palma de Oro en la última edición del Festival de Cannes y una reflexión sobre la desconfianza. Hay películas que se parecen tanto a su director que una simple entrevista podría pasar por una toma descartada de uno de sus trabajos. Ruben Östlund habla como sus personajes, razona como ellos, provoca al interlocutor de la misma manera y, llegado el caso, hasta se equivoca exactamente igual que cada uno de los protagonistas: siempre hombres ligeramente superados por las circunstancias y completamente incapaces de entender la debilidad que los define. "Soy sueco y hombre y eso es una doble responsabilidad. Además de presión. Es como ser dos veces un privilegiado en una sociedad como ésta", dice mitad enigmático, mitad divertido. The Square/La plaza es la más brillante provocación del año . Intentar resumir su argumento, su intención, siquiera la idea que la anima y le da sentido se antoja algo quizá descabellado. Según el momento del día, el propio Östlund ofrece una doble versión de lo que la motivó. Primera versión: "Mi padre me contaba que de niño su madre -es decir, mi abuela- le dejaba en la calle con un papel donde ponía su nombre y la dirección. Eso bastaba. El contrato social era que los adultos protegían a los niños. Ya no ocurre". Segunda: "En 2008, hace nada, se construyó en mi país la primera área residencial completamente vetada a nadie ajeno a ella. Que el principio de la vida en común sea la desconfianza a los demás fue un shock". Y, en efecto, sobre estas dos ideas aparentemente inconexas se levanta una película sobre la crisis del principio de confianza, sobre la naturalidad con que aceptamos y justificamos la desigualdad, sobre la distancia entre lo que somos y lo que creemos ser, sobre la hipocresía y hasta sobre la lacerante irresponsabilidad de los medios de comunicación ...
Luis Martínez. El Mundo. Papel, viernes 10 de noviembre de 2017

domingo, 12 de noviembre de 2017

Cuando el amor se expresaba de forma epistolar

María Casares y Albert Camus.  Acuarela de José
 Antonio Viveros sobre una foto del archivo.
 De nuevo  L'OBS que me esperaba el jueves en el kiosco me ofrece un hilo en forma de libro, para engarzar estas líneas que escribo hoy: "Nous vivrons et mourrons ensemble". Conocíamos l'amour fou que unió a Albert Camus y a María Casares pero no su correspondencia ardiente. Por fin se publica. Extractos exclusivos. Jeròme Garcin (L'OBS, du 2 au 8 novembre 2017). El libro, con la correspondencia, de 1944 a 1959, firmada por los dos, está disponible en las librerías francesas desde el 9 de noviembre. La literatura francesa cuenta con numerosas muestras de este género epistolar: Las cartas de Gustave Flaubert a Louise Colet, de Jean Paul Sartre a Simone de Beauvoir, de Balzac a la Condesa Éveline Hanska, de Victor Hugo  a su mujer Adèle Foucher. A ellas vienen a añadirse ahora estas 865 cartas incandescentes, 1.312 páginas que se escribieron esa pareja de leyenda formada por el escritor y la actriz, entre 1944 el año de su primer encuentro y 1959, la última, firmada por Camus, con fecha de 30 de diciembre de 1959, cuatro días antes de su muerte en Villeblevin. Tuvieron la suerte de amarse cuando el amor se expresaba de ese modo, algo impensable hoy; solo los que conocimos la emoción de escribir o de abrir una carta a corazón abierto valoraremos ese tesoro que nos ofrece este nuevo libro.

Siempre me interesé por los dos. Camus formaba parte del programa de mis estudios de literatura francesa, lo conocí antes que a María Casares. Aunque mi verdadero  encuentro con Camus se produjo muchos años después, con la lectura de  El primer Hombre, en 1996, que me llevó a su biografía, Une Vie, de Olivier Todd, también de 1996, leída unos años después. Sin embargo, Résidente Privilégiée/ Residente privilegiada publicada en español en 1981 por Argos Vergara  y escrita por la propia María Casares había llegado antes a mis manos. Me la había regalado mi marido tan pronto como se publicó. Su tesis doctoral sobre El Estatuto de Autonomía de Galicia del 36 le hizo conocer bien esa época de la infancia de María, hija de Casares Quiroga, ministro  en la Segunda República y Presidente del Gobierno entre el 13 de mayo y el 18 de julio, cuando se produce el levantamiento militar. Poco tiempo después parten los dos, padre e hija, al exilio. El libro de María me encantó. Estuvo un tiempo perdido y ahora forma parte de la pequeña biblioteca de mi hija que lo tiene como uno de sus libros de cabecera. Hoy dispongo de otro en francés, que me envió mi amiga C. desde el Limousin con la  que tengo una visita pendiente a la casa de M. Casares, La Vergne, en Charente. En esa edición francesa  he vuelto a leer unas páginas esta tarde en las que María nos cuenta cómo se produjo el primer encuentro, en 1944. Primero, un libro, Le malentendu y la propuesta de interpretar el papel de Marthe. "Lo leí. Me gustó. Busqué el nombre del autor. Albert. Camus. No había nunca oído hablar de él; y sin embargo,  el texto me era íntimamente familiar... "

sábado, 11 de noviembre de 2017

No es una calle cualquiera

La Rue Montorgueil de Manet
Cualquiera que haya paseado por la Rue Montorgueil de París habrá podido constatar que no es una calle cualquiera. No solo abunda una exquisita arquitectura medieval y alguna joya modernista, sino también comercios centenarios y terrazas chic donde el café clope de las cinco se enlaza con la happy hour de las siete. Aquí, por el lado de la iglesia de Saint Eustache, esta L'Escargot Montorgueil, uno de los restaurantes de caracoles más deliciosos del mundo, abierto desde 1832. Superado el café Étienne Marcel también se sitúa la Maison Stohrer, que lleva haciendo pasteles y baba au rhum desde 1730, la fromagerie La Fermette o el Palacio de la Fruta. Pues bien, después de siete años de intentos y dos juicios perdidos contra la alcalcaldía, McDonald's ha conseguido por fin emprender la apertura de uno de sus restaurantes de comida rápida en la esquina de la Rue Réamour. Los comerciantes de Montorgueil llevan varios domingos manifestándose. Sienten que el orgullo de su nombre (la traducción literal de su nombre es monte orgullo) está herido por la voraz glotonería de la globalización... Poco importará que está calle fuera inmortalizada en 1878 por Claude Monet en su memorable La rue Montorgueil, expuesto en el Museo de Orsay... Quedo aquí  con Diego, vecino de la zona, para comer. Mientras debatimos entre griego o sushi descubro un panel y leo: "Insigne lugar para la gastronomía y el comercio de la alimentación desde el siglo XIII, esta calle marcaba el ritmo de la marea de los puertos del norte. En el número 59 se levantó el restaurante Au Rocher de Cancale, inmortalizado en La comedia humana, célebre por su marisco y por acoger a Balzac, Dumas,etcétera. Nos sentamos ante una bandeja de sushi y le escucho: 2Los Gobiernos privilegian a las grandes corporaciones, que saben que insistiendo consiguen sus propósitos. Si se permite esto en esta calle, apaga y vámonos". Y eso es lo que hacemos: pagamos y au revoir.
Use lahoz. El País Semanal, 5 de noviembre de 2017

viernes, 10 de noviembre de 2017

Un intruso en el Circo del Sol

El circo del Sol
Un escritor se enrola en la compañía más famosa del planeta, forma parte de su nuevo espectáculo y sobrevive para contarlo. Este es su relato. Soy un cosmonauta. Mi misión es conquistar el espacio exterior. Llevo botas estampadas con estrellas y una cresta de colores brillantes. Los movimientos de mi cuerpo se inspiran en los grabados de la cultura azteca, que conoció el funcionamiento de los astros siglos antes de que el hombre pise la Luna. Puedo bailar. Incluso puedo volar. Si usted cree que estoy chiflado, debería ver a la gente a mi alrededor: detrás de mí se sienta un indio americano tocado con un penacho de plumas. Y cinco chinas montan monociclos. A mi derecha un gitano en patines cuenta chistes verdes. A mi izquierda, un hombre de cristal sin ojos se rasca el codo. Es mediodía y estamos en el ensayo general de Tótem, el espectáculo del Circo del Sol que el 10 de noviembre se estrena en Madrid. La etapa previa de la gira es aquí, en Bruselas, y los viernes como hoy ofrecen dos funciones. Todos los presentes están maquillados y caracterizados. Pero antes de empezar, el regidor tiene que hacer un anuncio: -Hoy se integra a la gira un nuevo artista. Les presento a Santiago. Nos va a acompañar en uno de los bailes. Démosle la bienvenida. Los 46 artistas -acróbatas, payasos, contorsionistas, músicos- me brindan un aplauso. Frente a nosotros, en el escenario, se proyectan olas de un mar hecho de luz. Ahí fuera, más allá de los límites de esta carpa, Donald Trump amenaza con bombardear Corea, El Gobierno catalán lucha contra España, terremotos y huracanes azotan México y El Caribe. Pero aquí la vida es una fantasía animada, el sueño delirante de payaso acrobático... Diez días antes: El cuartel general del Circo del Sol en Montreal mide 75.000 metros cuadrados, toda una ciudadela que agrupa oficinas, residencias, una carpa, tres estudios de ensayo, dos cafeterías, una fábrica de telas, un huerto, un gimnasio, una productora de realidad virtual y mucho más. He venido a comenzar mi entrenamiento. Después de una semana aquí, conociendo a mi personaje me integraré en el elenco de Tótem. Es la primera vez que el Circo del Sol permite a un periodista infiltrarse en su sistema para seguir el mismo procedimiento que cualquiera de sus fichajes. Y cuando descubran mi talento escénico, sin duda, será la última...
Santiago Roncagliolo. El País Semanal, 29 de octubre de 2017

jueves, 9 de noviembre de 2017

Puerta de España

Florence DEay
En el origen de la fascinación de Florence Delay (París,1941) por la cultura española intervinieron pocas personas. Una parte de la culpa la tuvo un joven profesor de español del liceo Jean de la Fontaine de París, que insistia en estudiar la lengua a partir de poemas; otra poca la tuvo su madre, que un día arregló a la chispeante adolescente con falda blanca y blusa azul marino para recibir a un amigo que era "tan generoso como enorme". Así conoció a René Char, metro noventa de humanismo y sensibilidad poética. Él tuvo una culpa mayor, poco tiempo después, tras un breve paso de Delay por España, cuando ella ya se había habituado a ir a la casa de Char de la rue Chanaleilles, éste le regaló un grueso volumen en cuya cubierta figuraba, como si fuera un dibujo, una firma dorada: "Federico García Lorca". Eran las obras completas de la colección Aguilar. "Traduce el que más te guste y te publicaré la traducción en la revista La Carotide, añadió el autor de Hojas de Hypnos. Eligió la Cancioncilla del primer deseo y ya nada fue igual. Fruto de esa fascinación son sus memorias, Puerta de España (Turner). Sobre ellas habló con El País durante las Conversaciones Literarias de Formentor en Mallorca, donde impartió una ponencia sobre Nerval, otro de sus predilectos. Puerta de España es un paisaje vital que une la pasión por la literatura, el teatro y los viajes y que recorre en primera persona la actividad intelectual de una autora que conoció España por los libros. "Empecé a entender el mundo más allá de Francia a través los poemas de Federico. Aunque suene raro yo nunca antes había mirado la luna y fue al leer el Romance de la luna que la descubrí. Y así hubo muchas otras cosas que me aparecieron en español y que no había notado en francés". Miembro de la Academia Francesa (es la cuarta mujer en su historia), a Delay le debemos exquisitos libros como Mis ceniceros (Demipage) o  A mí, señoras mías, me parece (Acantilado), dedicado al Palacio de Fontainebleau. El origen de Puerta de España fue unos cuantos artículos que se vió obligada a reescribir porque " un libro tiene que tener su pulso propio".  "Así le dí el enfoque que quería, que es el del camino hacia España de mi propia cronología: que empieza en Lorca, (y sus consecuencias: Falla, el flamenco, Antonio Gades...) y José Bergamín; y que luego salta hacia atrás, hasta el Siglo de Oro". A sus años, diferencia entre errores y fracasos:"Los primeros son siempre buenos, hay que repetirlos y el único fracaso que  siento es no haber vivido una aventura como la de La Barraca de Lorca, no haber podido crear algo parecido: una cosa que se monta y se desmonta y que va por el mundo"...
Use Lahoz. Formentor. El País, sábado, 4 de noviembre de 2017

miércoles, 8 de noviembre de 2017

PSA confía a Vigo el Peugeot 2008

Por su capacidad instalada, lista para producir hasta 600.000 coches al año, PSA Vigo es una fábrica especializada en gamas de gran demanda. Su fuerte son los vehículos comerciales, los monovolúmenes y, desde hace unos años, un innovador programa de modelos denominados económicos, destinados a países emergentes. Así ha sido en los últimos años. Pero ahora los planes confirmados por el presidente del grupo, el portugués Carlos Tavares, otorgan a la planta gallega un status de liderazgo en Europa, que se confirma con los dos nuevos programas industriales adjudicados y el desvío de la gama de los coches económicos a la nueva fábrica que PSA está construyendo en Kenitra (Marruecos). El primer lanzamiento está en los hornos: son los ya conocidos vehículos comerciales de las marcas Peugeot, Citroën y Opel, que se comenzarán a comercializar a principios del 2018, en sustitución de los actuales modelos Berlingo, Partner y Combo. El segundo gran hito llegará en el 2020 con la producción del pequeño todocamino Peugeot 2008, también en versión eléctrica. La multinacional confirmaba hace unos días que la factoría gallega se encargaría de este proyecto que, en su actual versión, se viene fabricando en la planta francesa de Mulhouse, que a partir del 2020 pasará a especializarse en berlinas. Con estos dos programas, la planta gallega de PSA alcanzará fácilmente los 500.000 vehículos fabricados en 2018 y, en función de la acogida que estos nuevos modelos tengan en el mercado, podría alcanzar su máxima capacidad productiva en el 2020... El Grupo PSA tiene dos fábricas en España, en Vigo y en Madrid, y una en Portugal que en total dan trabajo a 8.100 personas. La recién adquirida Opel posee una factoría en Figueruelas (Zaragoza) con 5.500 empleados, por lo que juntas suman una fuerza de 13.600 trabajadores. La estrategia de PSA pasa ahora por unificar todo ese conglomerado de producción dentro del llamado polo industrial ibérico, que quedará coordinado por la planta de Vigo. Este gran Polo Ibérico se especializará en coches pequeños y medianos...
M. Sío Dopeso. Vigo. La Voz de Galicia, jueves 2 de noviembre 

martes, 7 de noviembre de 2017

Jean Nouvel atraviesa el desierto

Louvre Abu Dhabi de Jean Nouvel
El arquitecto francés inaugura este miércoles su Louvre Abu Dhabi, catedral del arte en los Emiratos Árabes Unidos, donde reinterpreta elementos tradicionales de la cultura islámica como la bóveda y la medina. En esta realidad alternativa las plantas y los cactus californianos habrían teñido su fachada de un verde incandescente. En el 10.ooo de Santa Mónica Boulevard, en la frontera oeste de Beverly Hills, deberían haber lucido un imponente rascacielos de 45 plantas, anunciado en 2008 como el último proyecto de quien entonces parecía el arquitecto del momento. Jean Nouvel (Fumel, Francia, 1945) se acababa de alzar con el premio Pritzker, máxima recompensa existente para un arquitecto vivo. Su agenda rebosaba de proyectos en todo el mundo occidental. Hasta que la llegada de la crisis de las subprimes, sólo seis meses después, dejó en suspenso todos sus planes de futuro. "Fuí el primer arquitecto que se enteró", recuerda esta esfinge de look budista y grueso acento del suroeste francés en un despacho acristalado de su agencia parisiense. Si tuvo este privilegio fue porque, una tarde de septiembre de 2008, le llamaron para anunciarle el hundimiento de Lehman Brothers, de quienes dependían las finanzas de la promotora de su torre verde. Entendió de inmediato que su edificio no vería la luz, pero que también la economía de medio mundo iba a dar un vuelco drástico. También su carrera vivió algo parecido a un terremoto. Mientras el centro económico del mundo se desplazaba hacia la antigua Ruta de la Seda, también lo hizo el propio Nouvel. De contar con un 40% de encargos en España, pasó a trabajar en las economías antiguamente conocidas como emergente y en otras que ya llevaban tiempo consolidadas como China, Qatar o los Emiratos Árabes Unidos. "La crisis me llevó a trabajar en países donde puede que nunca hubiera trabajado", reconoce. El primer resultado visible de esta década de deslocalización geográfica llega con el Louvre Abu Dhabi, museo universal de las civilizaciones que inaugurará el próximo miércoles el presidente francés Emmanuel Macron, en la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Dentro de una semana quedará abierto al público, dejando a la vista una colección de 600 obras pertenecientes a todas las culturas del planeta, que expondrán usando un método comparativo. El objetivo no es solo atraer a miles de nuevos visitantes hacia este opulento rincón del golfo Pérsico, sino también abrir un diálogo intercultural que provoque otro tipo de efectos. Nouvel aspira a que el nuevo Louvre sea algo más que un lugar donde ver arte. "En el siglo XXI, un museo no puede ser una caja cerrada con llave. Me inspiro en el concepto griego del ágora, entendido como un lugar donde se produce un intercambio de ideas", añade...
Álex Vicente. Babelia. El País, sábado 4-11-17

lunes, 6 de noviembre de 2017

Elogio de la pereza

Olivier Martínez
Olivier Martínez es el primer actor que Mango Man elige como imagen. "Me encanta que hombres que no son modelos hagan campañas de moda. Me parece mucho más interesante". El actor (París,1966), aprovechará su estancia en Madrid para desmontar varios tópicos sobre su profesión o, al menos, sobre sí mismo. En su infancia parisina no jugaba a hacer funciones para sus padres. Tampoco tuvo una epifanía viendo alguna película en televisión que le convenciera de que lo que deseaba en la vida era hacer lo mismo que aquellos señores en la pantalla. Olivier Martínez nunca soñó con ser actor. Ni siquiera se le ocurrió. No fue la vocación quien lo lo llamó. "Fue el destino, las cosas pasan así en mi vida", aclara con soltura. Ni siquiera en los noventa, cuando se le amontonaban los guiones, sobre todo, desde que en 1993 ganara el César a actor revelación por Un, deux, trois, soleil, experimentó una pizca de ansiedad. No sabe lo que es, dice, ni por exceso ni por falta de papeles. "No, no tengo la angustia del actor que no trabaja. Me ha pasado varias veces en mi carrera, incluso durante varios años. A mí me encanta vivir. La vida está muy bien", dice en un perfecto español. Después de aquel éxito -y otros más que le siguieron- podría entenderse como un gesto ambicioso y casi lógico su traslado a Hollywood. Para nada. No partió en busca de más oportunidades. "Me fui porque tengo un hijo allí. Y mi hijo es estadounidense. La familia está por encima de todo".... A los 51 años, Martínez no sacraliza su oficio. "Para mí es muy sencillo. Simplemente soy un contador de historias". Por supuesto, nunca se ha planteado escribir o dirigir:"Eso me aburre mucho". Aunque últimamente ha participado en series como Mars y Texas rising, la televisión, ese santo grial de la ficción contemporánea, se lo toma con mucha moderación. "Me gusta hacer pocos episodios. Una serie con 13 capítulos me aburriría. Prefiero hacer un trabajo de tres meses máximo, olvidarme y regresar a la vida", informa... Martínez, ha quedado claro, es un hedonista. Pero, sobre todo, es un tipo sorprendente. Cuando le preguntamos sobre cuál es su placer definitivo, responde:"Leer mucho. Es una cosa subversiva en este mundo. Mi abuelo era pastor. No sabía leer ni escribir. Cada generación en mi familia tiene más cultura. Mi hijo irá a la universidad. Por fin tendremos un burgués en la familia. ¡Viva!".
Custodio Pastor. Icon. El País, noviembre 2017

domingo, 5 de noviembre de 2017

Je me souviens...

El espejo del agua en Burdeos
Por lo que les he ido contando a lo largo de estos años algunas cosas sobre mí y los viajes ya las saben: que me gusta volver a los sitios que conozco porque siempre tengo la impresión de dejar un libro abierto, leído a medias, un compromiso que cumplir; que no me atraen especialmente los lugares exóticos, hoy tan de moda, y que algunos lugares supusieron un punto de inflexión en mi vida por los encuentros o desencuentros que tuvieron lugar en ellos. Si hay un lugar que fue definitivo en la elección de mi carrera, entonces aún incierta, ese lugar es Bordeaux. El buen hacer de los profesores de español del Lycée Camille Jullian, en particular de M. L. y A.D. con las que más trabajé, me deslumbró. Viéndolas enseñar, con ese amor por la lengua y la cultura española, pensaba: "Esto es lo que me gustaría hacer con la cultura francesa y su lengua". Ellas fueron mi modelo y aún siguen siéndolo. Más allá del ámbito profesional son mis amigas, mucho más que amigas, mis hermanas mayores. Durante casi 50 años me acompañaron  en mis alegrías y mis penas. Con M.L. me reúno con frecuencia en Madrid, A.D. siempre está en mi recuerdo. ¿Es pues una locura que acepte la proposición de mis alumnos de acompañarlos en el que sería mi último viaje profesional y que elija Burdeos donde siguen hilos sueltos y que con mi crochet/ganchillo termine la labor que con tanto mimo tejí, unos días contenta, otros menos la que nunca abandoné?

De mis primeros recuerdos de Burdeos: Je me souviens/Me acuerdo de las lágrimas que se me escaparon en el taxi(el taxista era español), después de un primer día adverso en el que la imagen que me había hecho de la ciudad de modernidad y libertad se rompió como un espejo en mil añicos. Del afecto que pronto sentí hacia mí del personal del instituto y en particular del cocinero que se había enterado de que que me gustaba mucho el fromage blanc y aparecía en el comedor con su toque de chef y un gran bol que ponía sobre la mesa "pour la petite espagnole". De la lectora de ruso, una señora rubia mucho mayor que nosotras las lectoras europeas todas unas gamines/ chiquillas, que se alojaba en el propio instituto bajo unas fuertes medidas de seguridad, (años70-71) y que me regaló un martillo amarillo que todavía conservo. De la lectora austríaca, de la que no recuerdo el nombre aunque gracias a ella descubrí uno de los pilares de mi vida, la música clásica. Con ella y con mi primer sueldo compré mis discos fundacionales, Cascanueces y Las cuatro estaciones, hoy en el desván de casa. De la primera salida con los alumnos del Instituto a Saint-Émilion, todo oro en la tarde de octubre que me pareció el lugar más bello del mundo y que nunca fue igual las otras veces que volví. De lo que nos divertimos por las carreteras arboladas del Midi haciendo autostop en un otoño irrepetible. De mi primer viaje en febrero a París, tres días, con una lectora valenciana en Agen y a la que perdí al pie de la Tour Eiffel. Y ya en mayo cuando valoraba quedarme un años más, ese telegrama de mi padre: "Mamá muy enferma, vuelve cuando puedas"...

Volví a Bordeaux unos años después, primero con mi marido, después con mis hijos y Bordeaux empezó a abrirse. Ya no era solo La Garonne y sus puentes, la Explanada de Quinconces, El Gran Théâtre o la Place Gambetta. Era también Arcachon y el Cap Ferret con el jardín de pinos de M.L. donde reunía a sus amigos en torno a sus ostras o su barbacoa. Eran la Tour de Montaigne o la casa de Mauriac en Malagar. Las landas de J.P. , sus palombes,  su cabane y su petit Armagnac. Los intercambios que hicimos durante años entre el Camille Jullian y el Eduardo Pondal. Eran los veranos de Biarritz, en la casa familiar de los D. . Nuestros hijos jugando con las olas junto al Grand Palais de la Emperatriz. Las charlas interminables bajo los plátanos, a la luz de la luna, los paseos por el Pays Basque Français. Los libros que intercambiábamos,  las recetas de cocina, la tumba de Luis Mariano, la librería de la Rue de la Pente en Bayonne o el faro de Biarritz... Eran los châteaux de Pomerol o de Sauternes donde siempre nos ofrecían una copa a los profesores y a los alumnos. O la voz de Camarón, rasgando la noche en Mont-de-Marsan. Mucho más reciente el encuentro, en el curso de los últimos intercambios, en 2011, 2012, en Tartas, del joven profesor de matemáticas, V. G., hoy profesor en Dax, que me acogió en su casa de Pommarez. Y ese es mi legado, lo que me gustaría mostrar a mis alumnos, no sólo los lugares, sino su gente, las personas con las que pese a las diferencias, de lengua, de identidad, nos ofrecen su amistad que es el mayor bien del que podemos disfrutar. Aunque nos separen el tiempo y el espacio son para cuidar, no dejar, no olvidar. Un artículo de estos días sobre la cuestión catalana se abría con esta cita de Hannah Arendt que yo tomo para cerrar estas líneas:

"Nunca en mi vida he amado a ningún pueblo ni colectivo. El único amor que conozco es el amor a las personas". 

Carmen Glez Teixeira

sábado, 4 de noviembre de 2017

La feria de libros de Gaillac

Vista de Gaillac
Estoy en la pequeña pero formidable feria del libro de Gaillac, un precioso pueblo francés cercano a Albi. La feria, que dura dos días, está plantada en una plaza, un montón de carpas alegres y blancas. Aquí nos sentamos nada más ni nada menos que 70 autores tras nuestros libros (un enorme plantel para una feria así). Por las tardes se anima, pero por las mañanas hace un frío pelón y nos pasamos horas sin vender un colín. Bueno exagero, de vez en cuando se acerca alguien y te compra una novela, y entonces tu te sientes tan agradecida que inmediatamente le pedirías en matrimonio, independientemente de su edad y su sexo. En realidad somos como feriantes de los mercados callejeros, feriantes vendiendo calcetines y bragas de palabras. Tiene gracia este regreso a la compraventa más básica, el arte como un modesto exudado de la realidad cotidiana. Hoy en esta plaza de Gaillac ofrezco libros en un puesto como podría ofrecer manzanas, porque ambas cosas nos sirven para mantenernos con vida. Hace dos días me preguntaban en Toulouse si las novelas pueden proporcionarnos salidas y consejos en los momentos de profunda zozobra como el que vivimos (escribo este texto, que tarda dos semanas en imprimirse, un día antes de la supuesta declaración de independencia) y yo contesté que no, si de lo que estamos hablando es de una fórmula de urgencia para vadear la crisis. Uno no escribe para enseñar nada, escribe para aprender, para intentar poner un poco de luz en las tinieblas que somos. El sentido de escribir novelas es la búsqueda del sentido de la existencia, y no podemos traicionar esa ambición pura de conocimiento para dar doctrina, por muy bien intencionada que esa doctrina sea. Y, sin embargo, no me cabe la menor duda de que los libros nos salvan la vida y nos ayudan, justamente a sobrellevar los momentos más duros. Decía Camus que el arte en general, y la literatura en particular, era nuestra mayor arma contra el horror.....La larga trenza que a lo largo de los siglos formamos los lectores y escritores (que también somos lectores) es la cuerda que nos saca del pozo..... Por eso me conmueve esta preciosa y pequeña feria con su empeño de encender de palabras la oscuridad. Porque en la peor noche siempre nos salva la poderosa magia que los libros encierran, a saber, alguien que necesita compartir y alguien que escucha.
Rosa Montero. Maneras de vivir. El País Semanal, 22 de octubre de 2017

viernes, 3 de noviembre de 2017

Sobre la mentira, el disimulo y la sinceridad, 2

Madeleine de Scudéry
Esas mujeres, por algunos de sus tics y presunciones y con ayuda de la misoginia, fueron satirizadas por Molière en sus obras Las preciosas ridículas (1659) y Las mujeres sabias (1672). Madeleine puede ser la Magdelon de la primera pieza que, con su amiga Cathos, desprecia el amor de dos jóvenes muy apañados, por considerarlos poco distinguidos, para caer luego rendidas ante dos fingidores que resultan ser los vulgares criados de los anteriores. Aunque las preciosas fue un fenómeno francés, hay que hacer notar que Quevedo, en 1624, ya se había burlado de ellas (en su versión española) en La culpa latiniparla, catecismo destinado a las mujeres cultas y hembrilatinas, según decía el subtítulo de su obra, y cuyo propósito, una vez más, era zaherir a Góngora y el artificio verbal gongorino. Aquí se puede apuntar que todo lo español estaba muy de moda en la Francia del XVII y que la literatura del barroco español (teatro, novela, todo) influyó enormemente en la francesa... Madeleine de Scudéry (1607-1701) nació en Le Havre, hija de un capitán de barco, y se quedó huérfana siendo muy niña. Fue educada por un tío cura, que le proporcionó una educación completísima y, por ello, insólita para una joven de su época: además de cocina y bordado, estudió escritura, danza, dibujo, pintura, agricultura, medicina e historia antigua. E idiomas: español, italiano, griego y latín. Con este bagaje se abrió paso cuando, en 1637, se estableció en París con su muy querido hermano mayor, Georges de Scudéry, futuro dramaturgo de éxito, que le prestó su nombre para firmar varias de sus novelas, pues entonces no estaba bien visto que una mujer escribiera. Georges le doró mucho la píldora al omnipotente cardenal Richelieu, quien impulsó la Academia Francesa -Georges entró en ella- inspirándose en el formato y en la predilección de los salones por el mimo de la lengua. Madeleine, que se hacía llamar Safo entre los íntimos, escribió y publicó muchísimo y con gran éxito. Artamène ou le Grand Cyrus (1648-1651) -en diez volúmenes y con más de dos millones de palabras-, Clélie (1654-1661) -idem - y Almahide ou l'esclave reine (1661-1663) son algunas de sus extensísimas novelas. Podríamos señalar tres características comunes al conjunto de su obra, su cariz histórico..., las alusiones veladas, pero claras, a personajes reales - ella misma la primera- y la inclusión en ellas, junto a los necesarios episodios  de amor o de guerra, de largas conversaciones sobre asuntos morales, filosóficos  o de costumbres, de las que son perfecto reflejo las contenidas en Sobre la mentira, el disimulo y la sinceridad. En Artamène, la Scudéry incluyó un grabado ( Carte du Tendre ) que representa el mapa de algo así como el País del Amor, que alcanzó gran celebridad y mereció una canción de Georges Moustaki, Madeleine. Opuesta al matrimonio nunca se casó, pero mantuvo una relación de por vida con el historiador Paul Pellison. Murió a los 93 años, después de padecer sordera durante cuatro décadas.
Manuel Hidalgo. Galería de imprescindibles. El Mundo, sábado 30 de septiembre de 2017

jueves, 2 de noviembre de 2017

Sobre la mentira, el disimulo y la sinceridad

Un ejemplo de salón literario francés
El año pasado, Acantilado publicó Retratos de mujeres, colección de 14 perfiles biográficos, escritos por Sainte-Beuve, sobre otras tantas damas que habían regentado salones literarios en Francia desde comienzos del siglo XVII hasta bien entrado el XIX. Aunque en este libro no figura la pionera Madeleine de Scudéry (1607-1701) -a quien Sainte-Beuve también estudió y a la que alude en varias ocasiones-, el volumen que llega hasta Madame de Staël y Madame de Récamier, explica perfectamente las características cambiantes de esos salones y de las brillantes mujeres que los promovieron, generalmente vinculadas a la nobleza y a la alta burguesía. Sí figuran en Retratos de mujeres, entre otras, Madame de Sevigné y Madame de Lafayette, contemporáneas -más jóvenes-, amigas y colegas de salón de Madeleine de Scudéry, de quien ahora Siruela edita dos textos -traducidos y prologados por Ángeles Caso- bajo el el título de Sobre la mentira, el disimulo y la sinceridad. Esas tres mujeres sentaron las bases de la moderna literatura francesa, siendo muy especialmente relevante la aportación de la novela de Madame de Lafayette con La princesa de Clèves (1678). La auténtica pionera de estos salones fue la italiana Catalina de Vivone (1588-1665), marquesa de Rambouillet, que recibía a mujeres y hombres jóvenes, aristócratas y artistas, en su dormitorio (la habitación azul) del Hôtel de Rambouillet, junto al Louvre. Madeleine de Scudéry junto con su hermano frecuentó esas tertulias al llegar a París y, posteriormente, abrió su propio salón en el barrio del Marais, convocando los sábados (Société du Samedi) a sus ilustres invitados, entre los que se encontraban, aparte de las madames ya citadas, el fabulista Jean de La Fontaine y el maximalista François de la Rochefoucauld. El objetivo primordial de estos salones de culto e inteligente esparcimiento, en los que se celebraba la amistad y había sitio para la galantería, era promover los buenos modales y el buen uso de la lengua francesa merced al arte de la respetuosa conversación, que se desarrollaba mediante el comentario de cartas, máximas, aforismos y otras piezas literarias elaboradas por los presentes y mediante de la discusión razonada de enjundiosos temas que se proponían a debate. Como la voz cantante la llevaban las mujeres -excluidas de la vida pública-, pronto se comenzó a hablar de las preciosas y del preciosismo, puesto que ellas (y ellos) abogaban por lo precioso, en el sentido de lo bello y de lo excelente. El refinado Preciosismo -ya con mayúsculas- fraguó un movimiento cultural que marcó, con las actitudes y obras de sus miembros, el tránsito del barroco al clasicismo francés...
Manuel Hidalgo. Galería de imprescindibles. El Mundo, sábado 30 de septiembre de 2017